TIEMPO RE@L

domingo, 9 de septiembre de 2018

THE ECONOMIST: Las dos caras del Bitcoin

El bitcoin puede ser un activo arriesgado y la brusca depreciación de esta semana, es una muestra de ello. Sin embargo, la tecnología del 'blockchain' sobre la que está diseñado está lejos de ser inútil. ¿Podrá algún día este invento ideado hace una década por Satoshi Nakamoto traer beneficios a la humanidad y no a los especuladores? Al respecto, The Economist señaló esta semana que el bitcoin y otras criptomonedas que existen actualmente en el mundo son poco útiles, mientras que la tecnología 'blockchain' es una mejor interpretación de una base de datos. Como sabéis, todos los usuarios de esta base pueden copiarla y alterarla ya que no está regulada por las autoridades ni está centralizada. De acuerdo con el medio británico, los defensores del 'blockchain' creen que es capaz de ayudar a resolver muchos tipos de problemas: racionalizar pagos bancarios, garantizar la procedencia de medicinas, asegurar los derechos de propiedad y proveer documentos infalsificables para los refugiados. Muchas de estas creencias fueron inventadas por los especuladores que esperaban que el entusiasmo por el 'blockchain' sostuviera el precio de sus activos invertidos en criptodivisas. Sin embargo, las empresas que utilizan esta tecnología acaban desechándola muy frecuentemente. El continuo cambio de datos en el sistema 'blockchain' realizado por los usuarios contribuye a su lentitud. Si estas organizaciones utilizaran una base de datos convencionales, serían mucho más rápidas. La existencia de todas estas limitaciones provocó el enfriamiento de los usuarios hacia la tecnología. Algunas organizaciones como SWIFT - una red de pagos bancarios - y Stripe - una empresa de pagos en línea - abandonaron sus proyectos relacionados con el uso del 'blockchain' tras concluir que no traía suficientes beneficios. “El hecho de que el 'blockchain' fuese sobreestimado no significa que es una tecnología inútil. Su habilidad de vincular a sus usuarios a una particular manera de trabajar puede resultar práctica en ámbitos donde todavía no existe una autoridad centralizada, como en el comercio internacional”, explica The Economist. No obstante, el medio también señala que "el 'blockchain' no es una panacea contra los peligros habituales que siempre han estado relacionados con la implementación de grandes proyectos tecnológicos como coste, complejidad y expectaciones sobreestimadas". Enfatiza además que "las criptodivisas no alcanzaron sus ambiciosos objetivos para los cuales fueron creadas". El precio de bitcoin para diciembre del 2016 era de 900 dólares y en tan solo un año creció hasta los 19.000 dólares. Sin embargo, posteriormente la famosa divisa digital sufrió una brusca depreciación al colapsar hasta los 7.000 dólares y la semana que paso, cayó 10% en menos de 24 horas alcanzando su valor mínimo en 9 meses, por lo que ahora nadie sabe dónde irá a parar su valor en el futuro ya que es muy inestable. El bitcoin fue ideado como un proyecto tecno-anarquista que implicaba la creación de un tipo de efectivo en línea. Este efectivo tendría que ofrecer una oportunidad a la gente de realizar transacciones sin interferencias de bancos y gobiernos. Según la revista, para poder implementar esta criptodivisa los usuarios debían luchar con un complicado sistema de 'software' a medida que muy pocos vendedores aceptaban dinero digital como medio de pago. Además, la seguridad es muy escasa. Una demanda que podía sostener su valor y una limitada regulación contribuyeron a que el bitcoin y otras criptomonedas se convirtieran en un foco de especulación. Algunas personas amasaron grandes fortunas cuando sus precios fueron al alza, al tiempo que otras perdieron todo su dinero. Los economistas, según la revista británica, definen una divisa como algo que puede convertirse algún día en un instrumento de cambio, una reserva de valor o una unidad de cuenta: “La falta de aprobación y su volatilidad señalan que las criptodivisas no se corresponden con ninguno de estos criterios. No obstante, eso no significa que estas desaparezcan en el futuro. Hay pocas razones para pensar que [algún día] las criptodivisas pasarán a ser algo más que un casino demasiado complicado y poco fiable”, concluye el medio :)
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