TIEMPO RE@L

domingo, 25 de diciembre de 2022

EDWARD SNOWDEN: Las tecnologías anticovid se usan para el espionaje global

El exanalista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) de EE.UU. y de la CIA, Edward Snowden, recordó las advertencias que hizo años atrás y que al parecer se han materializado, ya que las fuerzas de seguridad de varios países estarían aprovechando la tecnología de rastreo de contactos aplicada durante la pandemia de covid-19 para fines totalmente diferentes como el espionaje de los ciudadanos. "Hablé sobre esto a principios del 2020 y me tacharon de paranoico, como es nuestra costumbre cuando alguien señala el resultado predecible de una nueva tendencia peligrosa, pero popular", escribió Snowden este viernes en su cuenta de Twitter. Además, lamentó que, en vista del abuso de esas tecnologías, "ahora será más difícil detenerlo". En efecto, el exanalista del servicio secreto estadounidense hacía referencia a un reportaje de Reuters publicado el {ultimo fín de semana semana, en el que se revela que las agencias de inteligencia y de seguridad de varios países, incluyendo EE.UU., Israel, Australia y China, han "acelerado" y "normalizado" la vigilancia estatal contra la población mediante el uso de las herramientas implementadas para detener la propagación del coronavirus. Al inicio de la pandemia, millones de personas en todo el mundo creyeron en los funcionarios gubernamentales que afirmaron necesitar la información confidencial de las personas para nuevas herramientas tecnológicas que ayudaran a combatir la transmisión del covid. A cambio, los gobiernos obtuvieron una serie de datos, incluyendo la dirección de residencia y datos personales de salud. Han pasado casi tres años, y se ha descubierto que esas tecnologías y toda la información recopilada se está utilizando para acusar a las personas de delitos, impedir el viaje de activistas y otros ciudadanos, acosar a las "comunidades marginadas", además de vincular los datos personales de salud con los sistemas de vigilancia y otras herramientas de aplicación de leyes, afirma Reuters. Como recordareis, en una entrevista realizada en brindada en abril del 2020, Edward Snowden advirtió que las medidas de emergencia aplicadas por los gobiernos de todo el mundo para rastrear los contagios y contactos se volverían permanentes y se utilizarían para infringir las libertades civiles. "Lamentablemente, este tipo de poderes de emergencia que nacen de las crisis tienen un perfecto historial de abuso […]. La parte más divertida, de una manera oscura, es que la emergencia nunca termina y se normaliza", dijo. Argumentó que debido a que la población temía por el presente, se olvidó de analizar cómo esas decisiones afectarían el futuro. "No importa cómo se use, lo que se está construyendo es la arquitectura de la opresión" y "autoritarismo", con leyes de emergencia que conducirán a "un mundo menos libre", auguró en aquel entonces el exempleado de la NSA, quien tuvo que escapar de su país para salvar su vida, refugiandose en Rusia. Y vaya que tuvo razón :(

AMAZON KINDLE SCRIBE: Para verlo de la forma que quieras

Los Amazon Kindle siempre han sido lectores de libros electrónicos, nada más. Puede que la gama se haya diversificado un poco con modelos de gamas altas, más funciones como la resistencia al agua, pantallas más grandes... pero el factor y forma se ha conservado, y prueba de ello es el recientemente renovado Kindle del 2022. Pero ya no podemos decir eso más. Amazon nos sorprendió a finales de septiembre presentando el Kindle Scribe, que transforma lo que siempre hemos visto como un eReader a un dispositivo que podemos ver con varios enfoques. Tras verlo presentado nos interesaba, pero ahora que hemos podido probarlo unos días nos entusiasma. Para quien está acostumbrado a probar y reseñar lectores de libros electrónicos, el Kindle Scribe puede suponer un reto. Es la pantalla de tinta electrónica más grande con la que uno se ha encontrado, lo que hace que el dispositivo se gane más el calificativo de tablet que no de eReader. A nivel externo, el Scribe es cómodo de coger gracias a su textura y su delgadez. El material tiene un aspecto metálico, y en el frontal contamos con una capa que protege el panel de tinta electrónica y al mismo tiempo detecta los trazos del lápiz incluido. En nuestras pruebas hemos probado el lápiz Premium, recubierto por un plástico suave agradable al tacto que incluye un botón al estilo 'goma de borrar y puntas intercambiables. No necesita carga (decisión acertadísima), y podemos sujetarlo magnéticamente a uno de los laterales del lector (decisión todavía más acertada). El Scribe cuenta con cuatro pequeñas patas de goma en su arte posterior para que la escritura sea más cómoda en momentos donde tengamos la tablet en la mesa, cosa que también protege la parte metálica de posibles ralladuras. Los botones y conexiones siguen la tendencia del resto de modelos recientes de la gama Kindle: una conexión USB-C perfecta para ahorrarnos cables en la mochila y un único botón de apagado y encendido que delega la interacción del sistema operativo a la pantalla táctil. No necesitamos nada más en un dispositivo como este. El punto más conflictivo del Kindle Scribe está en sus dimensiones y peso. Si estamos acostumbrados a leer grandes libros en papel no habrá problema, pero sí que hay que decir que el casi medio kilo del dispositivo va a suponer un impacto para los que solemos usar un Kindle más pequeño. Es cómodo cogerlo con una sola mano gracias a uno de sus marcos laterales más anchos, pero el paso va a hacer que nos cansemos en pocos minutos y recurramos a sostenerlo con ambas manos. Las medidas de este Kindle hacen que tengamos que llevarlo en una mochila y no en cualquier bolsa pequeña estilo messenger bag. Es definitivamente un eReader no adecuado para quien priorice portabilidad. Otro punto que nos hace ir con cuidado en las pruebas: no es resistente al agua y al polvo. No estamos ante un Kindle de los que podemos llevar a la playa despreocupadamente, ya que arriesgamos averías por culpa del agua o la arena. Si, el Kindle Scribe cuenta con una gran pantalla y un panel capacitivo que reconoce los trazos del lápiz, pero la tecnología de tinta electrónica es el factor que sigue determinando la autonomía. Una carga completa del lector sigue durando semanas, y no me atrevo a decir hasta dónde podemos llegar si jugamos con el modo avión mientras leemos un libro y no necesitamos sincronizar nada. He sido incapaz de agotarlo en mis pruebas. Amazon es más prudente a la hora de describir esa autonomía, y ya advierte que puede ser de hasta 12 semanas leyendo libros pero sólo de "hasta 3" si utilizamos el lápiz una media hora al día. De todas formas, insisto: ninguna tablet con pantalla LCD/OLED tiene una autonomía de tres semanas. 21 días son muchos días sin necesitar un cargador, y podemos resolver este problema con cualquier adaptador USB-C que tengamos en casa o en la mochila. La carga rápida también se aprecia: he usado un cable USB-C y un adaptador de corriente de 20W de Apple y el Kindle Scribe ha pasado del 56 al 100% de carga en menos de una hora. Con un cargador más modesto o un ordenador la carga ya dura 7 horas, lo que lo hace conveniente para dejarlo cargando mientras durmamos. En cuanto a la pantalla, no hay otro calificativo que darle: es impresionante. Da igual el eReader que uses ahora mismo, incluso si cuentas con un Kindle Oasis el Scribe representa una diferencia de tamaño muy grande que siempre sorprende. Cada página de los eBook permite leer mucho texto, lo que se traduce en menos toques para ir avanzando en la lectura. Y para quien lo necesite, el Scribe es una excelente opción para quien lea con textos más grandes. El tamaño de la pantalla también lo hace adecuado para usos más allá de leer libros: los PDF en tamaño filio A4 encajan muy bien en este dispositivo, pero es que también lo hacen los cómics. Tenemos quizás el mejor dispositivo para leer los manga en blanco y negro. Las anotaciones y dibujos que podemos hacer a mano alzada también se benefician de esta gran pantalla, haciéndola más que suficiente para poder dibujar o escribir sin limitaciones de espacio. La resolución de 300ppp ayuda en todas esas funciones, haciendo que a simple vista no podamos distinguir entre los píxeles individuales y ofreciendo una experiencia de lectura muy similar a la de papel impreso de calidad. En pocas palabras: es la mayor y mejor pantalla que he visto en un lector de libros electrónicos. Por cierto, el sistema operativo del Scribe es el mismo que hay en el resto de la gama de lectores Kindle, aunque lógicamente nos encontramos con varias aplicaciones adicionales que aprovechan el potencial del lápiz incluido. Para empezar, en la lectura de los libros podemos añadir anotaciones en cada página. También tenemos una aplicación de cuadernos en la que poder guardar libros de bocetos o, gracias a las plantillas que se incluyen, libros de anotaciones a mano alzada o bocetos. También tenemos un navegador web, aunque lamentablemente sigue siendo la aplicación que resalta más las carencias de la pantalla de tinta electrónica. Las páginas web no se abren adecuadamente, y navegar por ellas implica muchos refrescos del panel que impiden una buena experiencia. Es el punto más débil tanto de este Kindle Scribe como de cualquier otro eBook que se atreva a incluir un navegador. De otro lado, confieso que no las tenía todas con la idea de un lápiz incluido en un lector de libros electrónicos, ya que la tinta electrónica no es famosa precisamente por su tasa de refresco. Pero tengo que decir que el Kindle Scribe me ha roto los esquemas en este aspecto. En cuanto empiezas a tomar anotaciones te das cuenta que el rendimiento de la pantalla es muy bueno. Tanto, que podemos compararlo al de los Apple Pencil de los iPad. Puedes escribir texto a mano alzada y hacer dibujos y la sensación es prácticamente la de estar haciéndolo en un papel. La apertura de las aplicaciones ya sí que refleja el rendimiento de una pantalla de tinta electrónica, que nunca llega a lo que tenemos con una LCD o paneles más avanzados. Aun así, la velocidad es la suficiente como para poder alternar entre esas aplicaciones sin perder la paciencia. No sólo escribes bien, si no que las aplicaciones trabajan bien para que te plantees seriamente darle un uso complementario más allá de la lectura al Kindle Scribe. Entre esos usos complementarios está el de tener una agenda, un cuaderno de anotaciones o un simple dispositivo para hacer bocetos básicos (sin capas ni pinceles, pero algo es algo). También podemos cargar documentos PDF para consultarlos, algo que en algunos entornos de trabajo puede ser más que suficiente. Aquí también ha habido mejora, porque podemos transferir esos PDF mediante las opciones de Compartir de iOS y Android. Para este último caso hay que tener en cuenta su almacenamiento: si vamos a cargar cómics largos o PDFs de gran tamaño quizás sea buena idea invertir en algo de almacenamiento extra. Si nos vamos a centrar en eso los 16 GB del modelo básico se nos pueden quedar cortos en poco tiempo. En cuanto a su coste, es de 369 euros, aunque por ese precio tienes tablets Android completas o por algo más, un iPad. Pero si tu necesidad es un lector con el interés de ampliar sus funciones, este Kindle Scribe parece una compra acertada y un digno rival del Remarkable :)
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