TIEMPO RE@L

domingo, 28 de agosto de 2022

BITCOIN: Promesas que el viento se llevó

Desde el comienzo se dijo que las criptomonedas eran una estafa piramidal - una burbuja que en el momento menos pensado terminaría por estallar - pero aun así muchos en busca de una ganancia fácil invirtieron su dinero en adquirirlas, y ahora se arrepienten de ello. Cuando comenzó la pandemia en el 2020, millones de personas se subieron al tren de los activos digitales. El fácil acceso al mercado, la adopción institucional, el crecimiento de las altcoins y la publicidad de famosos fueron factores detonantes del supremo engaño. De hecho, un boom de “inversores” de criptomonedas apareció el año pasado a raíz de que Bitcoin alcanzara un máximo histórico de 67.582 euros. Todos querían parte del pastel. Sin embargo, la mayoría de ellos se resienten ahora. Bitcoin cayó más del 69% desde su apogeo y Ethereum un 66%. Volviendo la vista atrás, los datos son lastimosos: el 77% de inversores de criptomonedas dicen haber perdido o haberse quedado igual desde que metieron su dinero en estos activos. En efecto, el 46% de los inversores ha informado haber tenido resultados peores de lo que esperaban, según una nueva encuesta del Pew Research Center. El 31% dice que les ha ido más o menos como esperaban, quedándose igual, y el 15% dice que sus inversiones “han funcionado mejor de lo que esperaban”. Por último, otro 8% dice que no está seguro. Los motivos son múltiples y variados. Hay que tener en cuenta que el 16% de los estadounidenses dice haber invertido, comerciado o usado alguna vez una criptomoneda. De ellos, alrededor de las tres cuartas partes afirman que una razón era que se trataba de una forma diferente de invertir (78%) o una buena manera de hacer dinero (75%). Un 54% porque es más fácil acceder a las criptomonedas que a otras formas de invertir. Y otro 33% argumenta querer ser parte de una comunidad. Existe al respecto un fenómeno llamado FOMO. Proviene del acrónimo Fear of Missing Out. Básicamente se trata del miedo a perderse algo o a quedarse fuera de algo que los demás sí están aprovechando. Es la ansiedad de sentir que estás perdiendo un tren que ya está en marcha. Esto normalmente causa que el inversor entre a destiempo en los mercados porque ha visto al precio subir y subir, y crecen sus ansias de perseguirlo. Algo que los economistas recomiendan evitar: cuando la emoción se apodera de la razón, surgen los errores. Como sabéis, el valor de las criptomonedas ha bajado alrededor de 2 billones desde que alcanzó su punto máximo a finales del año pasado. La más popular, Bitcoin, ya vale un 54% menos que a principios de año. Ethereum, la segunda más grande por capitalización de mercado, bajó un 56% en lo que va del año. Esa caída y su volatilidad pueden haber desanimado también a los recién llegados. De hecho, el porcentaje de inversores que hay no ha cambiado desde entonces por la incertidumbre. Mirando otra vez por el retrovisor, y como muchos auguraban, las criptomonedas se encuentran entre las decisiones financieras más lamentadas para muchos, según esta otra encuesta de ConsumerAffairs. El 49% de los encuestados se arrepiente de haber comprado una criptomoneda, mientras que el 32% dice “estar contento”. El 20% se mantiene neutral. Los titulares de NFT van en la misma línea: un 46% de los compradores que se arrepienten de su compra frente al 40% de los no compradores que dicen que están contentos de no haber invertido. Curioso es también el dato del estudio que indica que las personas con títulos educativos "avanzados" estaban más inclinadas a arrepentirse por sus decisiones financieras que aquellas sin títulos avanzados. Como podéis notar, esta estafa consumada ha afectado a muchos quienes han perdido gran parte de lo invertido y nunca lo volverán a recuperar... que les sirva de lección :)

NUMWORKS: Mas que una calculadora de código abierto

A pesar de que los smartphones dominan el mundo, las calculadoras gráficas siguen existiendo. Y no solo eso, también siguen siendo muy utilizadas por los estudiantes de todas partes, principalmente a la hora de rendir determinados exámenes donde no está permitido utilizar otro tipo de dispositivos. Fabricantes como Casio y Texas Instruments son los reyes de este universo matemático, con sus calculadoras gráficas de toda la vida, y con modelos más avanzados, pero no son los únicos. NumWorks nació como una calculadora con diseño moderno, muchas funciones e incluso soporte para Python, uno de los lenguajes de programación más populares de la industria, muy utilizado para despertar la creatividad de los estudiantes y ayudarlos a introducirse en el mundo de las matemáticas. ¿Y si pudiéramos utilizarlos directamente en la calculadora que usamos a diario? Esto propone NumWorks. La calculadora gráfica tiene MicroPython 1.12 incorporado, que es una implementación de Python 3 diseñada para funcionar en dispositivos pequeños y poco complejos. Los estudiantes no solo pueden aprender con secuencias de comando listas, también pueden crear gráficos utilizando código y ampliar las funciones de NumWorks. Esta novedosa calculadora también tiene muchas de las otras funciones que se pueden esperar de un dispositivo llamado "calculadora". Sus creadores prometen que puede trabajar con fracciones, raíces, funciones paramétricas, polares y cartesianas, hacer cálculos de probabilidad, ecuaciones y más. Uno de los aspectos más destacados de la calculadora NumWorks, quizás, es su interfaz gráfica y diseño. A diferencia de muchos modelos actuales que, aunque tienen muchas características, heredaron gráficos y líneas de antaño, esta propuesta tiene una apariencia que parece mucho más actual. En el interior hay un chip Cortex-M de 216 MHz. En la carcaza carcasa destacan los colores claros y tiene una tapa que se acopla en la parte posterior, pesa 170 gramos y funciona con batería. Una carga promete 20 horas de uso. El teclado, por su parte, está dividido en tres zonas temáticas. ¿El precio? 99 dólares en Estados Unidos, y el fabricante promete hacer envíos a Europa. Originalmente, NumWorks nació como una calculadora de código abierto. La idea era los detalles del hardware y del software estuvieran disponible para la comunidad. Incluso que cualquier persona con los recursos necesarios pudiera construir su propia calculadora, o adaptar la documentación existente para un proyecto propio. Gran parte de esa esencia se mantiene, pero algunas cosas han cambiado. El año pasado el fabricante restringió la apertura del proyecto para que el dispositivo pudiera seguir siendo seguro para los exámenes (Texas Instruments restringió hace unos años las capacidades de sus calculadoras por el mismo motivo). Actualmente se permite la carga de software personalizado, pero este ya no puede acceder a todo el hardware del dispositivo, lo que limita su funcionalidad. Además se ha modificado la licencia, impidiendo la redistribución del software original de NumWorks. Sin embargo, todavía es posible acceder a la documentación de hardware para aprender cómo se diseñó el dispositivo y descubrir sus esquemas electrónicos. A nivel de software, también es posible editar el software Epsilon para crear una versión personalizada, pero únicamente para utilizar dentro del hardware NumWorks, precisamente, por cuestiones de licencia :)
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