TIEMPO RE@L

domingo, 9 de agosto de 2020

TIKTOK: ¿Un peligro para Occidente?

Como sabéis, este jueves Donald Trump firmo dos órdenes ejecutivas ordenando a las compañías estadounidenses finalizar sus operaciones con las compañías TikTok y WeChat - dos de las aplicaciones más populares de China - en los próximos 45 días, convirtiéndolas así en las nuevas victimas de la Guerra Fría entre los EE.UU. y China que ya se da en otros frentes, tratando Washington de impedir que su adversario convierta en la superpotencia del siglo XXI. Este ruido virulento especialmente contra TikTok no es nuevo, ya que no ocurre solo en los EE. UU. La India vetó 59 apps chinas en junio por presiones de la Casa Blanca, entre ellas en primer lugar a TikTok. En julio, el impresentable secretario de Estado de EE UU, Mike Pompeo, dijo que estaban estudiando prohibirla y recomendaba no descargarla, salvo para quien quiera que su información privada “acabe en manos del Partido Comunista de China”. El Pentágono aconsejó en diciembre que sus fuerzas militares no la usaran. Amazon envió el mes pasado un correo electrónico a sus empleados, que luego rectificó, para que borraran la app. Todo este miedo a TikTok tiene una causa original obvia: su enorme éxito. La aplicación de vídeos cortos está en más de 2.000 millones de teléfonos de todo el mundo, según datos de SensorTower. Entre abril y junio obtuvo 300 millones de descargas, cifra alcanzada solo por Zoom en ese período de cuarentena. Facebook y WhatsApp se quedaron en poco más de 150 millones. La India era su mercado exterior más grande hasta su prohibición. En los EE.UU. hubo 165 millones de instalaciones, aunque los usuarios totales sumen muchos más. TikTok permite crear vídeos de menos de un minuto donde se combinan el baile, el karaoke, las bromas o los mensajes con pequeños rótulos. Su éxito viene en parte de la capacidad de sus algoritmos de adivinar qué quiere ver cada cual. Los seguidores importan, pero es más decisivo colar un vídeo en la página de la mayoría de usuarios. En TikTok se puede ser viral con pocos seguidores. Esa función, más la experiencia completamente móvil con vídeos verticales y el sinfín de trucos y filtros que permite, la han convertido claramente en la red social más célebre para jóvenes. Ha ocupado el trono que tenían Snapchat o Instagram. Además del éxito, el otro gran problema de TikTok confluye en una sola palabra: China. TikTok es de la empresa china Bytedance, que ha hecho esfuerzos para distanciarse de su país. Ha nombrado un CEO estadounidense que proviene de Disney, Kevin Mayer. Dice que no tiene ningún servidor de TikTok en el país asiático y salió de Hong Kong cuando se promulgó la nueva ley de seguridad. Niega que haya cedido datos de usuarios al Gobierno de Beijing. Aún así, la polémica sobrevive y tiene al menos tres frentes. 1.- Los agujeros de seguridad: Tras la llegada del nuevo sistema operativo de Apple, se detectó que TikTok capturaba lo que los usuarios tenían en el portapapeles, pero sacaron una actualización y lo solucionaron. Las vulnerabilidades y los errores son sinónimo de software. Evidentemente, pueden ponerse adrede, pero no parece que el software sea el problema principal de TikTok; 2.- La privacidad, como todas: Todas las redes sociales viven de extirpar datos de usuarios. TikTok, también. Varios análisis han concluido que su uso de los datos es excesivo para sus necesidades de ofrecer vídeos entretenidos a adolescentes aburridos o con ganas de conexión social. Una reciente investigación del Washington Post encontró que TikTok “manda a sus servidores 500 kilobytes de información en nueve segundos tras abrirlo”. Es mucho, pero sigue siendo comparable a lo que hacen aplicaciones que llevamos en nuestros móviles desde hace años. “La información que TikTok manda a sus servidores sobre cientos de millones de usuarios es la dirección IP, historial de vídeos que has visto, tu compañía de móvil, nombre de la WiFi, el IMEI de tu teléfono [el número que lo identifica], otras aplicaciones que se están ejecutando y tu geolocalización. Algo que parece tan nimio como compartir tus contactos, es una herramienta de perfilado muy poderosa”, añade. Ahora empieza la pregunta sin respuesta: la geopolítica. ¿Qué puede hacer un país como China con esa información? ¿Hay que ser más o menos cautos?; 3.- La novedad de la geopolítica: China es perfectamente consciente de la importancia de los propietarios de las principales aplicaciones. En su país no deja operar a Facebook, Google o Twitter. Hoy no hay pruebas de que China haya empleado datos de TikTok ni le haya exigido nada a la compañía. Pero hay dos modos en que TikTok puede influir o sacar ventaja de su posición en beneficio de la seguridad nacional china. TikTok ya ha vivido polémicas por suprimir vídeos y hashtags en favor de los uigures, la minoría musulmana oprimida en Uiguristán (Xinjiang), al noroeste de China. “Debemos recordar que TikTok, como otras apps, autoriza subastas de anuncios en tiempo real. Esto permite a los anunciantes personalizar con contenido específico. Así que no solo leen datos de usuarios, sino que pueden también ‘escribirles’ y mandarles mensajes”, dice Lukasz Olejnik, investigador y consultor independiente en ciberseguridad. Los anuncios o el algoritmo son armas poderosas. Cambridge Analytica fue un escándalo porque pudo perfilar a 80 millones de votantes y personalizar los anuncios. Se afirma sin pruebas que TikTok permitiría eso y más, “rozando la perfección”. El segundo gran peligro geopolítico es el perfilado masivo de ciudadanos. El problema de la privacidad no es tanto que el Gobierno de un país quiera saber qué dice un individuo en su móvil. Eso, si un juez lo permite o el país es una autocracia, es una batalla perdida para el individuo. El problema es el conocimiento masivo de actitudes y gustos que permita predecir o adivinar comportamientos. Nos gusta mucho en las redes sociales cuestionar nuestra democracia o la de cualquier otro país occidental, la independencia del sistema judicial elegido por nuestros representantes electos. Ahora, tratemos de imaginar cómo puede ser esto en un lugar como China, donde no hay posibilidad para una empresa de oponerse a una petición de datos de su gobierno, que busca controlarlo todo. Todo esto, sin embargo, son elucubraciones. No es fácil prohibir una aplicación y EE.UU. entraría en un juego peligroso y absurdo, ya que Facebook y Twitter hacen exactamente lo mismo, pero nadie se escandaliza. El miércoles TikTok propuso abrir sus algoritmos a expertos para que vean qué tiene más peso al decir qué vídeos se vuelven virales y cuáles no. Toda transparencia es buena: “Creemos que toda nuestra industria debe ser sometida a un estándar excepcionalmente alto”, escribió el CEO Mayer en el blog de la compañía. “Por eso creemos que las empresas deben revelar sus algoritmos, políticas de moderación y flujos de datos a los reguladores. No esperemos a que llegue la regulación”, añade. Como TikTok está sometido a una presión y amenaza exacerbadas es normal que ahora ofrezca de todo. Siempre quedará sin embargo el resquemor de saber si algo por detrás, que no vemos, inclina la balanza de un vídeo viral. El modo en que está moviéndose el análisis que hacemos de aplicaciones como TikTok va a cambiar viejas ideas. “Es esencialmente una cuestión de si apps como TikTok deberían ser tratadas con la seriedad atribuida a la política nuclear”, dice Olejnik. “De momento, quizá por fortuna, no estamos en ese punto”, añade. Los planes iniciales de prohibir las operaciones de la red social china sobre el territorio estadounidense surgieron luego de que varios senadores republicanos sugirieran que China “podría interferir en las elecciones presidenciales de los EE.UU. por medio de TikTok”. Se dice que Microsoft busca comprar la app en los EE.UU. ahora que Trump cumplió su amenaza. Pero si una empresa estadounidense controla su backend en el país sería difícil de justificar la continuación de dicha prohibición “por motivos de seguridad nacional” ¿no os parece? :)

SONY XH90: El mundo como tienes que verlo

Como sabéis, el segmento de los televisores LED LCD de gama media alta es uno de los más competitivos, pero el XH90 de Sony viene muy bien equipado para la batalla. Se trata de la última propuesta de los televisores Sony de gama media alta, que tiene como única misión posicionarse por encima de sus rivales a base de buenas prestaciones. Incorpora las tecnologías básicas presentes en los modelos LCD de la marca para este año, siendo en muchos aspectos muy parecido al buque insignia HX95, pero tiene diferencias importantes como por ejemplo que no cuenta con la tecnología X-Wide Angle para la visualización desde cualquier ángulo minimizando las pérdidas de contraste típicas en los paneles VA. No obstante, el XH90 sigue incorporando el sistema de iluminación por zonas Full-Array Local Dimming gestionado por el procesador X1 compatible con Dolby Vision y Dolby Atmos. Cuenta con Netflix Calibrated Mode y soportará resoluciones 4K con una alta tasa de fotogramas de 120 fps a través de sus puertos HDMI. En el apartado sonoro, el XH90 viene equipado con Acoustic Multi-Audio (en los modelos de 65” y superiores), que incluye dos tweeters de posicionamiento sonoro en la parte trasera del televisor para que el sonido siga la acción de la pantalla y teóricamente ofrecer experiencias más inmersivas. La gama XH90 incluye asimismo el sistema operativo Android TV con Google Assistant, Google Play Store y Chromecast incorporados, siendo también compatible con Amazon Alexa y Apple AirPlay 2 para transmitir películas, música, juegos y fotos al televisor directamente desde un iPhone, iPad o Mac. Con un precio de salida de 1.699 euros, el nuevo Sony XH90 de seguro romperá la tendencia de sus antecesores :)
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