TIEMPO RE@L

domingo, 30 de enero de 2022

ROBOTS ASESINOS: Nunca confíes en ellos

En un reciente cónclave realizado en las Naciones Unidas, expertos en inteligencia artificial, estrategia militar, desarme y derecho humanitario siguieron atentamente una reunión celebrada en Ginebra. ¿La razón detrás del interés? Los robots asesinos - drones, armas y bombas que deciden por su cuenta, con cerebros artificiales, si van a atacar y matar - y lo que se debe hacer, si se llega a hacer algo, para regularlos o prohibirlos. Aunque en algún momento solo formaban parte de películas de ciencia ficción, los robots asesinos, conocidos en términos más técnicos como Sistemas de Armas Autónomas Letales, se han inventado y probado a un paso acelerado y con poca supervisión. Además, se han usado algunos prototipos en conflictos reales. La evolución de estas máquinas es considerada un evento trascendental para los conflictos armados, similar a la invención de la pólvora y las bombas nucleares. Este año, por primera vez, una mayoría de las 125 naciones que pertenecen a la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales (CCW, por sus siglas en inglés) señalaron que buscaban restricciones para el desarrollo de los robots asesinos. Sin embargo, se les opusieron los miembros que están desarrollando estas armas, en particular EE.UU. y Rusia. La convención del grupo terminó tan solo con una vaga declaración respecto a considerar posibles medidas que fueran aceptables para todos. La Campaña para Detener a los Robots Asesinos, un grupo de desarme, comentó que el resultado “no estuvo a la altura del rigor de la situación”. A veces conocida como la Convención sobre Armas Inhumanas, la CCW es un esquema de reglas que prohíben o restringen las armas que se considera que provocan un daño innecesario, injustificable e indiscriminado, como los explosivos incendiarios, los láseres cegadores y las bombas trampa que no distinguen entre combatientes y civiles. La convención no tiene ninguna disposición para los robots asesinos. Aunque las opiniones sobre una definición exacta difieren, en general los robots asesinos son consideradas armas que toman decisiones con poca, o ninguna, participación de seres humanos. Las rápidas mejorías en la robótica, la inteligencia artificial y el reconocimiento de imágenes están posibilitando ese tipo de armamento. Los drones que EE.UU. ha usado ampliamente “para cazar terroristas” en Afganistán, Irak y otros lugares han cometido asesinatos en masa de civiles inocentes, los cuales hipócritamente han sido denominados como “daños colaterales” y nadie quiere cargar con las culpas de aquellos crímenes. A pesar de ello, para los responsables de planear las guerras, los robots asesinos prometen mantener a los soldados fuera de peligro y tomar decisiones más rápido que los humanos, al darles más responsabilidades en el campo de batalla a sistemas autónomos como los drones sin piloto y los tanques autónomos que deciden de manera independiente cuándo atacar. Sin embargo, sus críticos arguyen que en términos morales es repugnante encargarles la toma de decisiones letales a máquinas, sin importar la sofisticación tecnológica. ¿Cómo una máquina puede diferenciar entre un adulto y un niño, un combatiente con una bazuca y un civil con una escoba, un combatiente hostil y un soldado herido o que se está rindiendo? “En esencia, a nivel ético, a la sociedad le preocupa que los sistemas de armas autónomas sustituyan a los humanos al momento de tomar decisiones de vida o muerte con sensores, software y procesos mecanizados”, dijo en la convención de Ginebra, Peter Maurer, presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja y un adversario manifiesto de los robots asesinos. Antes de la conferencia, Human Rights Watch y la Clínica Internacional de Derechos Humanos de la Escuela de Derecho de Harvard pidieron que se adopte un acuerdo jurídicamente vinculante que exija el control humano en todo momento. “Los robots carecen de la compasión, la empatía, la misericordia y el juicio necesarios para tratar a los seres humanos con humanidad, y no pueden entender el valor inherente de la vida humana”, argumentaron los grupos en un documento informativo para apoyar sus recomendaciones. Por el contrario, sus defensores arguyen que las armas autónomas, en lugar de reducir el riesgo de guerra, podrían hacer lo contrario: proporcionar a los antagonistas formas de infligir daño que minimicen los riesgos para sus propios soldados.“Los robots asesinos producidos en masa podrían reducir el umbral de la guerra al sacar a los humanos de la cadena de muerte y liberar máquinas que podrían atacar a un objetivo humano sin ningún humano en los mandos”, dijo Phil Twyford, ministro de desarme de Nueva Zelanda. ¿Por qué la conferencia de Ginebra fue importante? En general, para los expertos en desarme, fue considerada como la mejor oportunidad hasta el momento para idear mecanismos que regularan, o prohibieran, el uso de los robots asesinos conforme la convención. Fue la culminación de años de debate de un grupo de expertos a los que se les pidió que identificaran los desafíos y las posibles estrategias para reducir las amenazas de los robots asesinos. Sin embargo, los expertos ni siquiera pudieron llegar a un acuerdo en cuestiones básicas. Pero ¿qué dicen quienes se oponen a un nuevo tratado? Algunos, como Rusia, insisten en que todas las decisiones sobre los límites deben ser unánimes, lo cual veta de inmediato a quienes se oponen. Por su parte, EE.UU. arguyo que las leyes internacionales actuales bastan y que prohibir la tecnología de las armas autónomas sería prematuro. El principal delegado estadounidense en la convención, Joshua Dorosin, propuso un “código de conducta” no vinculante para el uso de los robots asesinos, una idea que los defensores del desarme desestimaron al considerarla una táctica dilatoria. El ejército estadounidense ha invertido mucho en inteligencia artificial, trabajando con los mayores contratistas de defensa, como Lockheed Martin, Boeing, Raytheon y Northrop Grumman. El trabajo ha incluido proyectos para desarrollar misiles de largo alcance que detectan objetivos en movimiento basándose en la radiofrecuencia, drones enjambre que pueden identificar y atacar un objetivo, y sistemas automatizados de defensa de misiles, según las investigaciones de los opositores a los sistemas de armas. La complejidad y los diversos usos de la inteligencia artificial hacen que sea más difícil de regular que las armas nucleares o las minas terrestres, afirmó Maaike Verbruggen, experta en tecnologías emergentes de seguridad militar del Centro de Seguridad, Diplomacia y Estrategia de Bruselas. Dijo que la falta de transparencia sobre lo que los diferentes países están construyendo ha creado “miedo y preocupación” entre los líderes militares que deben mantenerse al día. “Es muy difícil hacerse una idea de lo que está haciendo otro país”, dijo Verbruggen, que está haciendo un doctorado sobre el tema. “Hay mucha incertidumbre y eso impulsa la innovación militar”. De otro lado, Franz-Stefan Gady, investigador del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, comentó que la “carrera armamentista de los sistemas de armas autónomas ya está en marcha y no se suspenderá pronto”. ¿Existe algún conflicto en las instituciones tradicionales de defensa sobre los robots asesinos? Sí. Aunque la tecnología se vuelve cada vez más avanzada, ha habido reticencia a usar las armas autónomas en combate por temor a los errores, comentó Gady. “¿Los comandantes militares confían en el juicio de los sistemas de armas autónomas? En este momento, la respuesta sin duda es ‘no’ y seguirá siéndolo en el futuro próximo”, agregó. El debate sobre las armas autónomas llegó hasta Silicon Valley. En el 2018, Google señaló que no iba a renovar un contrato con el Pentágono luego de que miles de sus empleados firmaron una carta en la que protestaron en contra de la participación de la empresa en un programa que empleaba inteligencia artificial para interpretar imágenes que podían ser utilizadas para la elección de los blancos de los drones. La empresa también creó nuevos lineamientos éticos que prohíben el uso de su tecnología para armas y vigilancia. ¿Dónde se han usado las armas autónomas? Como sabéis, EE.UU. los uso indiscriminadamente en Afganistán, asesinando a miles de civiles inocentes en su búsqueda de “terroristas”, lo cual al final de nada les valió porque como recordareis, al final tuvieron que huir vergonzosamente del país cuando los talibanes tomaron la capital, Kabul luego de incruentos combates. A ello debemos agregar que los críticos apuntan hacia unos otros incidentes que muestran el siniestro potencial asesino de esa tecnología. En marzo del 2021, investigadores de la ONU señalaron que en Libia, fuerzas con respaldo del gobierno libio habían usado un “sistema de armas autónomas letales” en contra de milicianos. Un dron llamado Kargu-2, fabricado por un contratista de defensa turco, rastreó y atacó a los combatientes mientras huían de un ataque con misiles, según el informe, el cual no aclaró si los drones habían estado bajo el control de algún ser humano. En el 2020, en la guerra en el Alto Karabaj, Azerbaiyán combatió contra Armenia con drones de ataque y misiles que merodeaban en el aire hasta que detectaban la señal de un blanco asignado. Muchos partidarios del desarme comentaron que el resultado de la convención había endurecido la que describieron como una resolución para presionar a favor de un nuevo tratado en los próximos años, similar a los que prohíben las minas terrestres y las bombas de racimo. Daan Kayser, experto en armas autónomas en PAX, un grupo defensor de la paz con sede en los Países Bajos, comentó que la ausencia de acuerdos en la convención para negociar siquiera sobre los robots asesinos fue “una señal muy clara de que la CCW no está a la altura de la tarea”. Noel Sharkey, experto en inteligencia artificial y presidente del Comité Internacional para el Control de las Armas Robóticas, señaló por su parte que la reunión había demostrado que era preferible un nuevo tratado a más debates en convenciones. “Había un sentido de urgencia en el lugar de que, si no se avanzaba un poco, no estábamos preparados para seguir por este camino” puntualizó. Lamentablemente, mientras los expertos sigan con sus debates estériles, los robots asesinos siguen desarrollándose a tal punto que el día menos pensado, prescindirán de nosotros y seremos el enemigo a exterminar :(

LEICA M11: El diseño lo es todo

Leica acaba de revelar la nueva evolución de la serie M, la Leica M11, la última cámara telemétrica de la marca alemana, que combina años de experiencia con la tecnología más avanzada. Cuenta con un exclusivo sensor de triple resolución, rango ISO ampliado, doble memoria, mayor duración de la batería y un sistema de menús simplificado e intuitivo. La nueva M11 representa un nuevo punto de referencia en la fotografía digital y es la cámara de Sistema M más flexible en la historia de la compañía. Viene en dos clásicas opciones de color de la marca: negro y plateado. Sin embargo, lo que es interesante es que la versión de la cámara en negro incorpora una placa superior de aluminio con un revestimiento resistente a los rayones, lo que resulta en un cuerpo que es aproximadamente 20% (100 gramos) más ligero que su homólogo de plata-cromo. En comparación, la M11 de cromo plateado cuenta con una placa superior de latón clásica y pesa 640 gramos. Las funciones de conectividad mejoradas de la Leica M11 estarán disponibles a través de una nueva versión de firmware en la segunda mitad del 2022. Esto habilitará las capacidades avanzadas de conectividad de la nueva M11 que elevarán sus flujos de trabajo móviles y mejorarán la aplicación Leica FOTOS con la posibilidad de incrustar datos de localización, acceder a las imágenes a través de la conexión Bluetooth y permitir una mayor velocidad de transferencia. Además, la Leica M11 es un accesorio certificado por Apple "Made for iPhone and iPad" y, como tal, ofrece funciones únicas que están disponibles exclusivamente cuando se utiliza el cable Leica FOTOS incluido. Por ejemplo, cuando conectas la cámara a tu iPhone, la aplicación Leica FOTOS se abre automáticamente. Cabe precisar que la M11 se enfoca en la eficiencia y la ergonomía, por lo que los controles se han colocado en una disposición única alrededor de la nueva pantalla táctil de alta resolución de 2.3 millones de pixeles. La estructura de sus menús sigue siendo coherente con la de la Leica SL2 y Q2, unificando la interfaz para una experiencia más fácil de usar. Por cierto, el corazón de la nueva Leica M11 es un sensor CMOS BSI de fotograma completo con tecnología de triple resolución. ¿Pero qué es exactamente la tecnología de triple resolución? Significa que los archivos de imagen RAW y JPEG pueden grabarse a 60, 36 o 18 megapíxeles, utilizando siempre toda la superficie del sensor. Asimismo, la opción de 60 megapíxeles ofrece una calidad de imagen y una resolución de detalle sin precedentes, aprovechando todo el potencial óptico de los últimos objetivos APO de Leica para el sistema M, mientras que las resoluciones más bajas permiten un rendimiento más rápido de la cámara, una mayor duración de las ráfagas y archivos más pequeños. La M11 también cuenta con un filtro especial de corte IR + UV, compuesto por dos capas de vidrio extremadamente finas y adheridas. Gracias a un nuevo conjunto de filtros de color, la cámara también ofrece una reproducción del color mejorada y más natural. De otro lado, tiene un rango de sensibilidad de ISO 64 a 50.000; graba una profundidad de color de 14 bits y tiene un rango dinámico de hasta 15 pasos. Con el obturador electrónico opcional, que ofrece una velocidad de obturación de hasta 1/16000 de segundo, podrá trabajar con aperturas muy abiertas, con mucha luz, sin filtros ND. La M11 también supone la primera vez que estará disponible la medición multi-campo en modo telémetro. Además de la ranura para tarjetas SD, la Leica M11 está equipada con una generosa capacidad de almacenamiento interno de 64 GB. Esto le permite guardar archivos de imagen simultáneamente en dos destinos de almacenamiento diferentes. Por primera vez, Leica ha renunciado al diseño tradicional de la placa base, ofreciendo en su lugar un acceso directo a la batería y a la tarjeta SD. La batería de 1,800 mAh almacena un 64% más de energía que antes y, junto con el funcionamiento más eficiente de la cámara, permite realizar sesiones de disparo considerablemente más largas. Cuando es necesario cambiar la batería, se puede hacer a través del nuevo puerto USB-C. Finalmente, en cuanto a su coste y disponibilidad, la nueva Leica M11 es tuya por 8420 €. Puede parecer un precio elevado, pero hasta que no la tienes no te das cuenta de lo que significa. Ante todo cabe aclarar que se trata de un objeto de colección, con las lentes de sus objetivos pulidas a mano. Si bien a muchos fotógrafos les parece excesivo lo que piden por una Leica, y se asustan cuando oyen el precio, no solo pagas la cámara, pagas un proceso de principio a fin :)
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