TIEMPO RE@L

domingo, 5 de junio de 2022

INTERNET EN COREA DEL NORTE: Un instrumento de espionaje y control

Si bien en reiteradas ocasiones ya nos hemos referido a ese hermético país del Lejano Oriente, que desde su fundación en 1948 padece una sangrienta dictadura comunista y cuyo enloquecido sátrapa, el tercero de una dinastía roja que amenaza continuamente al mundo con sus armas nucleares, antiguas y vetustas pero no por ello menos peligrosas - y que hoy padece una explosión de Coronavirus debido a que casi nadie ha sido vacunado, creyendo que su aislamiento los iba a mantener a salvo - siempre es bueno echar una mirada a lo que allí sucede para no perderlo de vista ¿No os parece? Como sabéis, la monótona vida en Corea del Norte puede generar todo tipo de especulaciones, especialmente cosas tan cotidianas como el uso del internet. ¿Alguna vez te has preguntado si realmente está disponible este servicio y cómo funciona? De acuerdo con un informe elaborado por la agencia We are social, solo un 0,03% de los norcoreanos tienen acceso a la red en bibliotecas y universidades, lo cual representa un total de 7,200 usuarios, cuyo uso por cierto, está reservado a únicamente a funcionarios gubernamentales, embajadores, prestadores de servicios externos y determinados grupos favorecidos por el régimen, mientras que para la mayoría de los ciudadanos norcoreanos no es posible acceder a este servicio. Pero aun así se controla su uso, manteniendo estrictos protocolos de vigilancia sobre aquellos ‘privilegiados’ que pueden acceder a ella. Como es de conocimiento público, el internet en Corea del Norte no es igual al que conocemos en Occidente. En realidad, el régimen creó su propia intranet conocida como Kwangmyong. Esta funciona a través de un sistema operativo llamado “La Estrella Roja”. La red se maneja minuciosamente a través de empleados de la tiranía norcoreana que tienen como tarea examinar y controlar la información. Además, el régimen en coordinación con “Bureau 27” del Departamento de Seguridad del Estado gestiona la infraestructura informática. Por otro lado, los únicos sitios web disponibles en esa intranet, son también férreamente controlados por el régimen. La mayoría promueve contenido propagandístico e información sobre las actividades del genocida Kim Jong Un, quien es ensalzado hasta la nausea en esas páginas y cuya deforme figura así como su nombre sobresale claramente del resto. Como podéis imaginar, las redes sociales como Facebook, Instagram y Twitter no están permitidas en Corea del Norte. De hecho, en el 2016 se aprobó una ley que agudizó el control de la seguridad informática del régimen al prohibir el uso de redes sociales occidentales. Con una minuciosa vigilancia y un sistema de internet limitado, los norcoreanos no tienen acceso a las redes sociales. Sólo las ‘élites’ del régimen norcoreano están autorizadas para navegar en determinados sitios web extranjeros, especialmente de origen chino como Alibaba, Tencent y Baidu, siempre bajo fuerte vigilancia, ya que el dictador en su paranoia no confía en nadie, ni siquiera entere los “más leales” al régimen. Aunque el internet en Corea del Norte es limitado, eso no evita que el sátrapa use la tecnología a su favor con propósitos de espionaje. Una práctica que organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional ha denunciado en repetidas ocasiones. Además de ofrecer un intranet controlado por el Estado, la dictadura también realiza otras medidas para vigilar a su población. De acuerdo con el informe del especialista en tecnología de Corea del Norte, Martyn Williams, Pyongyang tiene una red de ingenieros en informática que modifican celulares inteligentes que provienen de China. A estos dispositivos móviles se les precargan programas espías y software adaptados por órdenes del régimen. A través del programa “Red Flag“, pueden espiar a los usuarios desde su celular. ¿Cómo funciona? Mientras utilizas tu dispositivo, se obtiene, de manera aleatoria, capturas de pantallas que registran tu información en una base de datos conocida como “Trace Viewer“. Como es obvio, el espionaje no se limita a dispositivos móviles, ya que lo mismo sucede con las computadoras. Estas poseen un sistema operativo conocido como “Red Star“- del que dimos cuenta tiempo atrás - que tienen la misma función de espiar a la población. De acuerdo con Williams, este control y vigilancia sobre el uso del internet y la tecnología le permite a la tiranía comunista imponer el miedo para que nadie trate de consultar información del extranjero. A pesar de eso, algunos norcoreanos han burlado la seguridad del régimen para acceder a ello, aunque eso significó sanciones tan graves como perder la vida, mientras sus familias son enviadas a “campos de trabajo para ser reeducadas” y nunca más se saben de ellos. Nadie se atreve a preguntar por su desaparición, ya que inmediatamente serian señalados como “contrarrevolucionarios” por sus propios padres o hijos y liquidados a tiros. Pero, aunque Corea del Norte tenga un internet limitado, eso no significa que el régimen no haya desarrollado su capacidad cibernética para hackear a sus enemigos. En efecto, de acuerdo con el Centro Internacional de Política Cibernética de Australia, si en el 2017 el régimen norcoreano contaba con más de 5,000 hackers, hoy ese número se ha duplicado, los cuales son usados para realizar ciberataques a otros países y empresas para recaudar fondos a través de criptomonedas. Precisamente, The Washington Post afirma que Corea del Norte es un país que realiza abiertamente ciberataques con propósitos económicos, como es el de robar fondos en Occidente para sostener al régimen. Es más, los ciberataques juegan un papel relevante para Corea del Norte, ya que forman parte del 50% de de su economía, según cifras del Banco de Corea del Sur. Sin embargo, con el continuo avance tecnológico, mantener ese nivel de latrocinio cibernético será cada vez más complejo para ese régimen criminal :)
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