TIEMPO RE@L

domingo, 15 de marzo de 2020

ROBOTS ASESINOS: El enemigo vive entre nosotros

A medida que pasan los años, el crecimiento de robots asesinos es imparable y su regulación es esencial para proteger al mundo de la potencial amenaza que representan para la humanidad. En efecto, el uso de ‘sistemas de armas autónomas letales’ plantea una serie de nuevas cuestiones éticas que los gobiernos deben considerar con urgencia por lo que es necesario crear una nueva convención internacional para gobernar el uso de la tecnología, algo así como una Convención de Ginebra digital. Como sabéis, la tecnología avanza rápidamente y el sector de la robótica con ella, con una inversión de 16.500 millones de dólares el año pasado ratifica su gran crecimiento. Entre ellos se incluyen en primer lugar los robots asesinos que desde la ciencia ficción hoy son toda una realidad, en la que tanto ellos como los drones pueden equiparse con sistemas de armas letales, misiles, bombas o armas de fuego, que podrían programarse para operar total o parcialmente de manera autónoma, los cuales finalmente se extenderán a muchos países. La tecnología es un foco creciente para muchos ejércitos porque reemplazar tropas con máquinas puede facilitar la decisión de ir a la guerra. Al respecto, EE.UU., China, Israel, Corea del Sur, Rusia o Reino Unido están desarrollando sistemas de armas con un grado significativo de autonomía en las funciones críticas de selección y ataque de objetivos. Pero no está claro quién es responsable de las muertes o lesiones causadas por una máquina: el desarrollador, el fabricante, el comandante o el dispositivo en sí ya que sorprendentemente, no aun no esta debidamente regulado. Es por ese motivo que a los robots asesinos no se les debía permitir decidir por sí mismos participar en el combate y a quién matar, ya que existen grandes probabilidades de que lo harían indiscriminadamente no dejando a un ser vivo al englobar a todos como “enemigos”. Es por ello que la seguridad de los civiles está en riesgo hoy. Se necesita una acción más urgente en forma de una Convención digital de Ginebra, con normas que protejan a los seres humanos de esta amenaza. Asimismo, es necesaria la implementación cuanto antes de normas internacionales más estrictas sobre el uso de tecnologías de reconocimiento facial y otras formas emergentes de la inteligencia artificial. Es imprescindible por ello una regulación en el mundo del reconocimiento facial para protegernos contra posibles abusos por parte de los robots. Esta opinión es compartida por ejecutivos de importantes compañías que advierten del peligro que representan los robots asesinos. Así por ejemplo, Elon Musk, el multimillonario sudafricano cofundador de PayPal, Tesla Motors, SpaceX, Hyperloop, SolarCity, The Boring Company, Neuralink y OpenA, reiteró una vez mas que la Inteligencia Artificial es la mayor amenaza existencial de la humanidad. Las declaraciones de Musk contra las tecnologías de IA o para ser más precisos, su pesimismo en cuanto al uso que daremos a ellas, van más allá de las acciones de los líderes humanos, ya que piensa que gran guerra podría ser iniciada por una computadora inteligente que calculase un ataque como la mejor opción (tipo Skynet en Terminator) y decida hacerlo por su cuenta, con el objetivo de aniquilar a la raza humana. Como recordareis, Musk fue uno de los firmantes de relevancia de una solicitud a la ONU en el 2017 para la prohibición de armas letales autónomas. “Una vez desarrolladas, las armas letales autónomas van a permitir conflictos armados en una escala mayor que nunca, y en tiempo más rápido que los humanos puedan comprender. No tenemos tiempo para actuar. Una vez que se abra la caja de Pandora, será difícil de cerrar”, aseguró el ejecutivo. Han pasado tres años del envío de esa solicitud y la ONU extrañamente aun no se pronuncia ¿Qué poderosos y oscuros intereses impiden su implementación? ¿A que esperan para hacerlo? Mañana puede ser demasiado tarde :(
Creative Commons License
Esta obra está bajo una Licencia de Creative Commons.