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domingo, 16 de febrero de 2020

CORONAVIRUS: ¿Producto de una guerra bacteriológica?

A primera vista, puede parecer absurdo, pero pensándolo bien tiene cierta lógica. Como sabéis, todos los países del mundo están alarmados por el coronavirus de Wuhan, ahora conocido como COVID-19, una pandemia que se ha convertido en una crisis a nivel global, llegando a ser reconocido por la Organización Mundial de la Salud como una emergencia de salud pública internacional que, en el momento en que se escriben estas líneas, ha terminado con la vida de 1.116 personas. Asimismo, hay más de 45.000 casos confirmados, mayormente en China, y se han reportado 4.951 recuperaciones. La OMS informo además que la vacuna para combatirlo recién estará lista en 18 meses. Y hasta entonces ¿cuántos más van a morir? Cabe destacar que su origen es desconocido. Aún no esta claro de donde salió el virus y como llegó a infectar a los humanos. Unos afirman que los murciélagos - inexplicablemente convertidos en un manjar en China - o los pangolines, sean los causantes de la plaga. Sin embargo, otras hipótesis se han tejido al respecto y algunas tienen que ver con su creación en laboratorios genéticos. La utilización de esta clase de armas se remonta a 400 años antes de Cristo, cuando se utilizaban flechas mojadas de sangre provenientes de cuerpos en descomposición. Aníbal lanzó serpientes venenosas sobre las naves enemigas de Pergamos en Eurymedon en el año 190 antes de Cristo. Los mongoles catapultaban cuerpos infectados con plaga bubónica sobre Jaffa, en 1346. Los españoles utilizaron vino infectado con pacientes leprosos contra los franceses, 1945. Uno de los intentos únicos de la guerra biológica, fue iniciado en 1650 por Siemenowis, un general polaco, quien colocó saliva de perros rabiosos en esferas huecas que posteriormente eran disparadas al enemigo. En América, en 1763, los ingleses, distribuyeron entre los indios de Pensilvania cobijas infectadas con viruela. En 1915, durante la Primera Guerra Mundial, cuando la logística dependía principalmente de los animales, los países participantes usaron dos tipos de bacterias: El actino bacilus mallei y el bacillus anthracis (Ántrax), en los países donde eran comprados los caballos y mulas, con la finalidad de disminuir la disponibilidad de los mismos. Durante la Segunda Guerra Mundial, el Japón - que poseía programas para el desarrollo de guerra biológica - lo utilizo masivamente contra China desde mediados de los años 30, usando agentes productores de plagas, tifus, cólera y ántrax. En la década de los 60, los EE.UU. bombardearon Vietnam con bacterias y materiales químicos (el “famoso” agente naranja) causando daños irreversibles a su población. En la actualidad existen evidencias de que varios países a nivel mundial poseen o tienen capacidad de desarrollar armas biológicas, tales como los EE.UU., Israel, Corea del Norte, Taiwán y Egipto, a pesar de que su uso esta terminantemente prohibido por la ONU. Es curioso por decir lo menos, que de un momento a otro, China sea victima de este ataque masivo con el claro objetivo de intentar mermar su capacidad. Y es que el espectacular avance económico, militar, científico y tecnológico que poseen los chinos - sobre todo en el campo económico - y que esta camino a convertirse en la superpotencia del siglo XXI, preocupa de manera especial a los EE.UU. quienes al verse superados en todos los campos por China, busca por todos los medios posibles de aislarlo y evitar su crecimiento. A ello se deben también las medidas de bloqueos impuestas, ilegal y arbitrariamente al gigante asiático. Por ello no nos debe extrañar que este ataque masivo tenga un origen estadounidense. Según un experto ruso citado por Russia Today (RT), la cepa del coronavirus ha sido creada artificialmente por los EE.UU. agregando que tanto las agencias de inteligencia como las compañías farmacéuticas estadounidenses están detrás de su fabricación y cuyo objetivo es golpear la economía china para debilitar a un competidor geopolítico. De un enfermo mental como Trump podemos esperar lo peor :(
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