TIEMPO RE@L

domingo, 18 de noviembre de 2018

XIAOMI MI 8 PRO: Superándose a si mismo

Plus significa más. Exactamente igual que Max. Y con Pro, ocurre tres cuartas partes de lo mismo. En este último caso, la palabra en cuestión se ha instalado también en el imaginario 'millenial' y de otras generaciones tiernes como sinónimo de calidad. "Eso es como muy pro, ¿no?", que dicen algunos. En el gremio de la tecnología de consumo, especialmente entre los fabricantes de dispositivos móviles, es un apellido comercial al que se recurre para crear una versión mejorada de uno de sus productos. Es lo que ha hecho Xiaomi con su Mi 8, considerado como el buque insignia de la compañía. En China fue presentado en su día como la edición 'Explorer' hace ya unos meses pero hasta ahora no había hecho su debut en Europa. Siguen compartiendo tamaño y calidad de pantalla, procesador y cámaras, así como esos calcos de diseño que recuerdan inequívocamente (algo que no se puede negar) al iPhone Xs, un aspecto que le costó no pocas críticas tras su presentación en sociedad. En lo físico el Mi 8 Pro conserva muchos, por no decir, casi todos los elementos físicos de su hermano pequeño. Volvemos a tener un terminal de 6,21 pulgadas de pantalla con bordes reducidos y con un 'notch' que es idéntico al del iPhone X. Sin embargo, en su intención de emular la frontal de los teléfonos de la manzana cometieron un error excesivamente común. Copiar la ceja para ganar pantalla pero no meter el bisturí a los bordes inferiores, que son algo mejorables. Esto produce que las curvas no sean simétricas. Los marcos, de aluminio, están ocupados por la ranura para la doble SIM en la parte izquierda, los tradicionales botones en la parte derecha y la inferior se encuentra presidida por el puerto USB Tipo C, que llega escoltado por dos altavoces pero prescinde de la conector jack para auriculares. Sin embargo, en este terminal hay que prestar atención a la parte de atrás, ya que lleva una cubierta de cristal templado transparente, pudiendo verse su interior. Este aspecto, original y al que no estamos acostumbrados, ayuda a disipar (que no elimina) esa sensación de que Xiaomi se ha limitado a clonar las líneas maestras del iPhone X en el armazón de este teléfono. Es más, este acabado y el diseño de terminales como el Mi Mix 3 deberían servir a la marca para autoconvencerse de que no necesitan copiar a nadie. A diferencia de la versión estándar del Mi 8, que tiene un sensor colocado en la zona trasera, este terminal lo coloca bajo la pantalla. Aunque su configuración se hace un poco lenta, su funcionamiento es bastante rápido y los fallos son mínimos, ofreciendo una fiabilidad similar a la del OnePlus 6T. También está preparado para reconocimiento facial al estilo Fa ce ID, pero de momento no ha llegado la actualización que lo habilite así que hay que hacer un truco para activarlo. Sobre la pantalla no ha habido avance ni cambios sustanciales. Se vuelve a repetir con una pantalla SuperAMOLED de 6,21 pulgadas, con una proporción de 18.7:9. La resolución es de FHD+ (2248x1080 píxeles, lo que resultan 402 ppp). Tiene un nivel de brillo de 600 nits, lo que es más que suficiente para manejarse con el móvil incluso en situaciones de mucha iluminación exterior. En cuanto a la potencia. el motor que monta este Xiaomi Mi 8 Pro es el mismo de todos los gama alta de la marca, en este último año: el Snapdragon 845, el cual se trata de un chip con arquitectura de 10 nanómetros, capaz de correr hasta a 2,8 Ghz. Cabe destacar que el Mi 8 Pro llegará en una única versión. 8GB de RAM. Esto supone dos más que la versión estándar. Un tándem -procesador y RAM- que son más que una garantía para un gran rendimiento. Todo ello a sabiendas de las virtudes de MIUI 9, la capa de personalización que utiliza este terminal, una de las más populares del mercado que funciona sobre Android 8.1 en este caso. Tiene además una doble cámara con dos sensores de 12 megapíxeles, firmados por Sony (IMX363) y Samsung, respectivamente. El principal tiene una apertura de f/1.8 y 1,4 micras de tamaño de pixel. El secundario tiene pixeles de una micra y f/2.4 de apertura. En el apartado de vídeo, tenemos vídeo 4K a 30 frames por segundo y en Full HD a 30, 120 y 240 fps. En el modo retrato, nos encontramos con un desenfoque que resulte algo exagerado y el recorte del sujeto no es del todo fino, pero cumple con lo esperado. De noche, tiene resultados bastante buenos. Gestiona muy bien los colores y la luz ofreciendo bastante equilibrio en las diferentes tomas, aunque en algunos disparos se echa en falta un poquito más de definición. En relación a su autonomía, la batería cae de 3.400 mAh a 3.000. No es un cambio menor (más del 10% de la capacidad), teniendo en cuenta que se mantiene con la misma calidad de pantalla y procesador. Lo único que puede ayudar a amortizar ese recorte es la nueva configuración del motor al llegar con 8GB de RAM, mientras que en el apartado de conectividad viene con soporte para Dual SIM, NFC, bluetooht 5.0 y GPS de doble frecuencia. Finalmente en cuanto a su coste, será de 599 euros. Por lo visto, la factoría china ha conseguido mantener el equilibrio de la calidad precio. Es difícil encontrar muchos móviles que den más por ese precio. Y también es difícil encontrar un diseño tan original este año :)
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