TIEMPO RE@L

miércoles, 27 de julio de 2016

DRONES AL SERVICIO DEL TERROR: Barato, temible, indetectable y mortífero

Hace unos días atrás se dio a conocer una curiosa noticia y fue el derribo en Somalía (un país ingobernable ubicado en el África, dividido entre grupos terroristas que combaten fieramente entre si) de un extraño drone en forma de ave, cuyo detalle más llamativo son sus alas, que no solo se asemejan a las de un pájaro, sino que también son capaces de moverse hacia arriba y hacia abajo simulando el vuelo de las aves, las mismas que son impulsadas por hélices. El drone es tan parecido a un pájaro, que incluso es capaz de volar a baja altitud por lo que no atrae la atención de los observadores en tierra. Se desconoce dónde fue fabricado, que objetivos perseguía y cómo fue derribado. Tampoco se sabe si había sido empleado en el país con anterioridad. Lo preocupante de ello es que si bien existen compañías que los fabrican desde hace algunos años para diversos fines, se desconocía que los terroristas hubieran podido acceder a esa tecnología ya que serían una amenaza para la seguridad. En efecto, pequeños drones alados cargados con explosivos podrían ser perfectamente la próxima arma elegida por ISIS para desatar el terror en Occidente, ahora que se encuentran en fuga tanto de Siria como de Irak, donde su ilusorio califato desaparece a pedazos producto de los bombardeos rusos como del accionar de los ejércitos sirios e iraquíes que tras fieras batallas están expulsándolos de los territorios que antes controlaban. Como sabéis, la guerra con drones autónomos queda lejos, y la mayoría de los estados del mundo con la capacidad de crearlos se han comprometido de alguna u otra forma en no hacerlo. Pero el compromiso no es definitivo. Son los denominados Sistemas de Armamento Letal Autónomo (LAWS por sus siglas en inglés), o Robótica Letal Autónoma (LAR), capaces de decidir a quién matar por su cuenta lo que cambiaría las reglas de la guerra. Desde las Naciones Unidas ya en el 2013 se redactó un extenso reporte centrándose en los peligros de este tipo de sistemas, pero la preocupación sigue latente, ya que una organización terrorista como ISIS - financiada tanto por los EE.UU. como por Arabia Saudita y que está liderada por un conocido agente del Mossad israelí - podrían amenazar la paz mundial con este tipo de armamento. Hasta ahora siempre ha habido una toma de decisiones finales por parte de un humano que es el encargado de realizar la acción letal final en una campaña militar. Pero la reducción de la dificultad para crear la tecnología para crear drones pequeños - comparativamente con otros drones militares, capaces de matar de forma indiscriminada es el miedo real. En poco tiempo podríamos ver los primeros atentados con pequeños drones que lleven una carga explosiva capaz de matar a una o varias personas. O peor aún, la creación y puesta en marcha de millones de estos baratos aparatos en una frontera o una zona de guerra podrían causar el caos total e incontable cantidad de muertos. Ser asesinado por un drone autónomo ya no es un elemento exclusivo de la ciencia ficción. Stuart Russell, experto en inteligencia artificial y profesor de Berkeley puso en sobre aviso a los asistentes del foro económico de Davos el pasado 21 de enero: "Estamos hablando de sistemas que pesan menos de 60 gramos, capaces de ir más rápido que una persona corriendo y que pueden hacer un agujero en la cabeza con sólo un gramo de material explosivo". De la misma forma que los IED activados con un móvil barato permiten detonar bombas en un momento concreto de forma remota, estos pequeños drones podrían dotarla de movilidad suficiente como para asegurarse una mayor capacidad mortal. El rango va desde pequeños aparatos de juguete hasta drones "civiles" de 20-30 kilogramos capaces de transportar varios kilos de explosivos. Ya son utilizados para cruzar droga a través de fronteras de forma efectiva gracias a la dificultad para detectarlos por su pequeño tamaño. La facilidad de réplica y su bajo coste los hacen perfectos para organizaciones terroristas. Poco parecen importar entonces las convenciones de Ginebra sobre conflictos armados que protegen a los prisioneros de guerra o enemigos en paracaídas de aviones dañados, los protocolos contra armamento bio-químico, etc. si los estados con mayores ejércitos se niegan a ratificar partes dedicadas en contra de dichos sistemas autónomos letales, o si son creados por actores totalmente ajenos a las mismas. Los robots humanoides asesinos han capturado la imaginación de muchos de nosotros durante décadas. Pero los T-800, Ultron, los Cylon, los Droides de Star Wars, y compañía no serán nuestra única amenaza. Irónicamente, “inocentes” pequeños drones voladores o rodantes capaces de colarse por nuestras ventanas o atacarnos desde el aire serán los que nos causen problemas :(
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