Como suele hacer durante la IFA de Berlín, uno de los encuentros anuales obligados para los fabricantes de tecnología de todo el mundo, Huawei ha vuelto a dar el campanazo este año. Y lo ha hecho con un nuevo terminal, Huawei Mate S, heredero de su impresionante Ascend Mate 7 y que estrena, por primera vez en un smartphone, la tecnología Force Touch, que permite llevar a cabo diferentes funciones y tareas con solo variar la presión de nuestros dedos sobre la pantalla. Una tecnología, por cierto, que la compañía de la manzana ya incorpora en su Apple Watch y que se rumorea que vendrá de serie también en su iPhone 6S. Si sumamos además la tecnología “Knuckle Sense”, con la que podemos llevar a cabo diferentes acciones con los nudillos, y su nuevo sensor de huellas dactilares, que admite otras funciones de control del terminal, podremos decir sin duda que el fabricante chino ha dado un gran paso evolutivo para mejorar la interacción del usuario con su terminal. Igual que su antecesor, el cuerpo del nuevo Mate S está fabricado en una única pieza de metal (aluminio), que se prolonga en el marco y que se integra a la perfección con el cristal, Gorilla Glass 2.5D, altamente resistente a impactos. Los bordes son ligeramente curvos. El smartphone luce unas formas realmente estilizadas y que disimulan el hecho de que estamos ante una pantalla de 5,5 pulgadas AMOLED. Eso sí, en cuanto a resolución se refiere, el fabricante chino ha preferido no correr riesgos con el consumo de batería y ha optado por mantener el Full HD a 1080 p, con una densidad de píxeles que supera ligeramente los 400 por pulgada. Lo cual, unido a una impresionante batería de 4.100 miliamperios garantiza dos días de uso sin necesidad de recarga. Nada mal para un smartphone con una pantalla de ese tamaño. En cuanto al procesador, Huawei ha decidido seguir jugando en casa, es decir, con los que ella misma fabrica. El Mate S, en efecto, monta un Kirin 935 (el mismo que ha colocado en su recientemente presentado Honor 7) de ocho núcleos (cuatro a 1,5 GHz y otros cuatro a 2.2 GHz) y a 64 bits, lo que garantiza una potencia excepcional. La memoria RAM es de 3 GB y la interna, de 32 GB, ampliable con tarjetas micro SD. Por cierto que, igual que en modelos anteriores, el usuario puede elegir si prefiere utilizar la ranura para ampliar la memoria o si le viene mejor insertar una segunda tarjeta SIM. En la parte trasera, además de la cámara, encontramos el sensor de huellas dactilares, colocado estratégicamente para que sea sencillo colocar sobre él el dedo mientras sujetamos el terminal con una sola mano. El mismo botón, además, servirá también para llevar a cabo determinadas funciones, como pasar imágenes en una galería sin tener que tocar la pantalla, tomar fotos o responder a una llamada.El nuevo terminal también incorpora la tecnología Knuckle Sense, que permite pasar de una a otra aplicación o llevar a cabo distintas funciones dando ligeros golpecitos en la pantalla con los nudillos. Gracias al ya mencionado Force Touch, la interacción con la pantalla del smartphone será más rica que nunca. Presionando un poco más fuerte podremos acceder a diferentes menús o hacer zoom sobre una imagen. Asimismo, la cámara trasera es de 13 megapíxeles con estabilizador óptico y un modo manual que permite elegir los parámetros en cada situación. La cámara estará controlada por un procesador independiente. En cuanto a la cámara frontal es de 8 megapíxeles. En cuanto a su coste y disponibilidad, el Mate S ya se encuentra en las tiendas desde esta semana a un precio de 649 euros :)
