TIEMPO RE@L

domingo, 19 de enero de 2014

NSA: Los tentáculos del Poder que ponen en riesgo nuestra privacidad

NSA El Gran Hermano digital, al servicio de los Estados Unidos, amenaza la confidencialidad de los individuos y los secretos de Estado de todos los países del mundo.Y es que en estos tiempos de la informática, ha quedado al descubierto que sus instrumentos, sus lenguajes y sus misteriosos algoritmos, complejísimas fórmulas matemáticas, son conocidas y manejadas por unos pocos miles de congéneres de Edward Snowden. Siempre se creyó que los códigos, contraseñas y encriptamientos blindados supuestamente resguardarían nuestra privacidad y la confidencialidad de las palabras, Pero no es así. Y las consecuencias de las revelaciones de los WikiLeaks y las de Snowden demuestra todo lo contrario y coloca a individuos, empresas y gobiernos frente a dilemas y desafíos que están perfectamente emparentados con la esencia y los cimientos de todo sistema que quiera seguir siendo republicano y democrático. Aquí se abre una primera llave, que divide a los Estados en dos grandes categorías: los que tienen los medios para prevenir, atacar y neutralizar las violaciones a la privacidad y confidencialidad de los intercambios entre privados y entidades estatales, y aquellos que no tienen posibilidad alguna de siquiera intentar defenderse de tales males. En la primera lista figuran EE.UU. y sus aliados anglófonos: Gran Bretaña, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, con quienes comparte algunas defensas pero que no están exentos del fisgoneo incesante de los auriculares norteamericanos; y luego: China, Rusia, Alemania, Japón, Israel, y Francia, que probablemente tengan resguardadas algunas áreas selectas de comunicación, como lo nuclear militar, lo espacial y lo referente a algunos avances en materia de nuevas drogas, sustancias y aleaciones. El resto, o sea la gran mayoría de los demás Estados, sufre de grados de indefensión relativa, avanzada o total de parte del “Gran Hermano” aquel que todo lo ve. Aquí se impone volver a Orwell y a Huxley, o mejor aún a quien inspiró a ambos, el ruso Eugenio Zamyatin, quien, en su libro Nosotros (1921), describe un régimen que decide que el único método eficaz para eliminar las exigencias que la naturaleza impone a los hombres es adoptar el uso generalizado de la lobotomía. Propone igualmente que los edificios sean de cristal para que siempre pueda verse qué hacen sus moradores.Si algo tienen en común 1984 de George Orwell, Un mundo feliz de Aldous Huxley, y Nosotros de Zamiatyn, es que describen una sociedad burocratizada en la que el hombre es un número y pierde todo sentido de individualidad. Si sustituimos “partido” por “gobierno”, “NSA”, “CIA”, “KGB”, “CNN” o “FOX” veremos que la reflexión es de altísima actualidad. Con el agregado de que a tales mecanismos de control y perfusión se los unge con la protección adicional de estar en la órbita “militar”, lo que en realidad conlleva un abandono de todo control político cercano y frecuente de sus andanzas. El poder que reúnen los militares a cargo de esta y otras agencias de inteligencia, escucha y espionaje, es el mismo que otrora reunían en sus escritorios oscuros personajes como el homosexual Edgar J. Hoover, director casi vitalicio del FBI, o Laurenti Beria, un sanguinario criminal que dirigía para Stalin la KGB en los años 50 y que fue ejecutado tras la muerte del Genocida por sus antiguos “camaradas”, para evitar ser ellos los siguientes en su lista. Un par de ejemplos de crocante actualidad. El TAO, un acrónimo del Office of Tailored Operations, que se puede traducir como la Oficina de Operaciones a Medida, el más secreto de los rincones de la NSA (Agencia Nacional de Seguridad), que funciona desde 1997 (cuando solamente el 2% de la población mundial usaba internet) y cuya misión esencial consiste en “hackear” selectas computadoras en todo el mundo y organizar ataques cibernéticos. El semanario alemán Der Spiegel describe sus funciones como las de una “cuadrilla de plomeros que destapa cañerías cerradas”. Estas siniestras escuadras (700 operadores ubicados en Fort Meade, estado de Maryland y cerca de Washington) realizaron en el 2010 unas 280 operaciones contra noventa países, incluyendo las comunicaciones cifradas entre líderes mundiales (aliados y enemigos). Otro ejemplo es la Décima Flota de la marina de EE.UU. Esta flota no tiene acorazados ni portaaviones, su misión es dar seguridad cibernética a la armada y actuar por medios “no cinéticos” para neutralizar toda posibilidad de interferencia, hackeo o manipulación de los sistemas de vigilancia, coordinación, logística y ataque de la marina. La sede de la Décima Flota es también (nada es casual) Fort Meade en Maryland, y su comandante es el vicealmirante Bernard McCullough III, quien también es jefe del Comando Cibernético. Además del centro en Maryland, la Décima Flota tiene bases en la isla Ascensión (Atlántico Sur), Hawai, Diego García (océano Índico) y otras, ¿Qué nos queda para defendernos? ¿Resignarnos a ello o hacer frente a esta amenaza a pesar de saber de antemano que tenemos todo que perder?. De nosotros depende :(
Creative Commons License
Esta obra está bajo una Licencia de Creative Commons.