En medio de la intensa polémica que se viene desarrollando sobre los potenciales efectos nocivos de la inteligencia artificial (IA) si es empleada de forma dañina y sin ningún tipo de regulación, a inicios de semana, el magnate multimillonario de la tecnología Elon Musk reveló en una entrevista concedida al programa 'Tucker Carlson Tonight' de Fox News, que el cofundador de Google Larry Page le dijo una vez que esperaba construir una superinteligencia de IA que Musk describió como un “dios digital”. Según Musk, de 51 años, la charla ocurrió cuando se quedó en la casa de Page en Palo Alto, California, cuando los dos eran «amigos cercanos. “Hablaba con él hasta altas horas de la noche sobre la seguridad de la IA, y al menos mi percepción era que Larry no se estaba tomando el tema lo suficientemente en serio”, dijo Musk, añadiendo que Page quería una “superinteligencia digital, básicamente un dios digital si se quiere, lo antes posible.” Musk señaló una serie de declaraciones públicas hechas por Page a lo largo de los años que demuestran que “todo el objetivo de Google es lo que se llama AGI, inteligencia general artificial o superinteligencia artificial” Page, que, junto con su cofundador Sergey Brin, abandonó el gigante de las búsquedas en el 2017, dijo una vez en una conferencia tecnológica en Londres en el 2006 que su gran visión para las búsquedas comienza y termina con la IA. “El motor de búsqueda definitivo entendería todo lo que hay en el mundo. Entendería todo lo que le pidieras y te daría exactamente lo que buscas al instante”, dijo Page en el evento Zeitgeist '06 de Londres. Desde entonces, Google ha acelerado sus esfuerzos por incorporar la IA, empezando por la adquisición en 2014 de DeepMind, un laboratorio de investigación de IA con sede en Londres, por valor de 500 millones de dólares. Tras ChatGPT, Google tiene previsto estrenar una versión de su motor de búsqueda con un chatbot en algún momento de este año, según The New York Times. Musk dijo que en el momento de su conversación con Page, Google ya había hecho la adquisición de DeepMind y “tenía alrededor de tres cuartas partes de todo el talento de IA en el mundo.” También recordó la reacción de Page cuando le advirtió de los peligros potenciales de la superinteligencia de la IA. ¡Estoy de acuerdo con él en que hay un gran potencial para lo bueno, pero también para lo malo” dijo Musk a Carlson! “Y así, si tienes una nueva tecnología radical, quieres intentar tomar un conjunto de acciones que maximicen la probabilidad de que haga el bien y minimicen la probabilidad de que haga cosas malas”. Pero cuando Musk le recordó a Page la responsabilidad de “asegurarse de que la humanidad está bien”, Musk dijo que Page le llamó “especista”. Al respecto, cabe precisar que el especismo se define como intolerancia o discriminación basada en la especie, que a menudo se manifiesta por la crueldad humana hacia los animales. “¿Usó ese término?” preguntó Carlson. “Sí. Y había testigos, yo no era el único que estaba allí cuando me llamó asi”, respondió Musk. “Y así, yo estaba como, 'OK eso es todo, sí, soy un 'especista', ¿de acuerdo? Me has pillado”. Al parecer, el comentario se produjo durante una discusión entre los dos magnates en una fiesta en Napa Valley en el 2015, según el profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) Max Tegmark, que recordó la conversación en su libro Life 3.0: Being Human In The Age of Artificial Intelligence. Según el libro, Page advirtió que “la paranoia de la IA retrasaría la utopía digital y/o causaría una toma militar de la IA que caería en el eslogan de Google 'don't be evil'”. Tegmark escribió: “En ocasiones, Larry acusó a Elon de ser 'especista': tratar a ciertas formas de vida como inferiores sólo porque estaban basadas en el silicio y no en el carbono” Musk considero que "no está bien que estemos en un mundo unipolar donde hay una empresa que está cerca de monopolio respecto a empleados de IA y computadoras y el jefe de esta no parece preocuparse por la seguridad". En este sentido, aseguró que "la cosa más lejana" de Google sería una organización sin fines de lucro totalmente abierta. “No queremos que esto sea una especie de demonio del infierno que maximiza las ganancias y que simplemente nunca se detiene", advirtió. "Queremos de una forma suicida que la IA ponga en riesgo el futuro de los humanos sin medir las consecuencias de ello", agregó. Por último, recalcó los peligros de los últimos avances en IA y señaló que, independientemente de que en el pasado las tecnologías se enfrentaron a los reguladores, "esta nueva frontera puede ser potencialmente peligrosa si no hay límites o directrices" puntualizó.
