TIEMPO RE@L

domingo, 23 de octubre de 2022

GOOGLE PIXEL 7 PRO: El legado continúa

Como sabéis, a la hora de hablar de teléfonos Android con buenas cámaras de fotos, un nombre suele sobresalir sobre los demás: los Pixel. La marca de teléfonos de Google que acaba de poner a la venta su nuevo terminal: el Google Pixel 7 Pro. Un teléfono de gama alta muy a tener en cuenta para aquellos amantes de la fotografía y el vídeo. En esencia, el esperado dispositivo sigue el legado del Pixel 6 Pro, modelo seductor en el que se notaba el plus materializado. Un marco de continuidad, con las lógicas mejoras entre generaciones, en el que los principales cambios introducidos se encuentran en el diseño, el procesador, el factor Android 13 y los avances fotográficos. El cuidado se nota en el acabado, los colores elegidos (Obsidiana, Verde liquen y Nieve) y los marcos, que no dejan de sorprender. Si bien en los primeros usos se siente pesado (212 gramos) luego prepondera la comodidad. El Google Pixel 7 Pro integra el procesador Tensor G2, heredero del Tensor con el que Google debutó en este terreno tecnológico, definido por lo sugerente aunque por ejemplo provocaba que el Pixel 6a se calentara en algunas ocasiones, con el consiguiente desconcierto. El Tensor G2 depara un rendimiento muy satisfactorio por su rendimiento fluido y, sin encabezar la lista de los más potentes, señala que Google también está ahí. La primera vez que se prueba un Pixel el dispositivo sorprende por la calidad de sus fotos, de ahí que se esperen esos resultados en las siguientes generaciones. El Google Pixel 7 Pro cumple con esa exigencia y entregarse a la fotografía y los vídeos es una delicia por las imágenes tomadas (a sus resultados contribuye el Tensor G2), las posibilidades y el propio proceso de inmersión en la aplicación. Unas sensaciones que pueden aparecer tanto en el usuario medio como en el que tiene inclinaciones Pro. En cuanto a sus especificaciones técnicas, las cámaras no cambian a priori demasiado. El sistema de triple cámara se compone de una principal de 50 MP, una ultra gran angular de 12 MP (ahora con campo de visión de 125,8 grados) y un teleobjetivo de 48 MP que potencia el zoom, uno de los grandes alicientes de la composición, en especial el óptico de 5x, todo un caramelo. Dispone de 10x y de alta resolución de 30x. Como subrayan los selfies, la cámara frontal de 10,8 MP va en esa línea sugestiva. A su ya popular función Borrador Mágico se suman el Enfoque Macro (de las que gustan e invitan a hacer pruebas y curiosear) o los vídeos con desenfoque cinematográfico. Están además el modo movimiento (larga exposición, toma de acción) y la grabación en 4K (30 y 60 FPS). Las similitudes con su antecesor se manifiestan asimismo en la pantalla, no por ello menos notable, una OLED de 6,7 pulgadas con resolución QHD+ (el FHD+ viene de modo predeterminado), fluidez de 120 Hz, hasta 1.500 nits de brillo, soporte para HDR, profundidad de 24 bits para 16 millones de colores, función pantalla siempre activa y protección Corning Gorilla Glass Victus. El panel conquista nada más encender el móvil y empezar a configurarlo. Los altavoces estéreo constituyen un buen complemento. Las especificaciones también se repiten en lo relativo a la batería y la carga rápida. Su capacidad de 5.000 mAh, dentro del canon sugerente, depara una buena autonomía de más de 24 horas. La carga rápida vuelve a ser de 30W y la inalámbrica, de 23W. En una media hora recupera la mitad de la energía. Eso sí, con un precio de salida de 899 euros, se trata de un móvil para los que hay que rascarse el bolsillo :)
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