TIEMPO RE@L

domingo, 11 de agosto de 2019

BITCOIN: Negocios riesgosos

Como sabéis, estamos viviendo tiempos económicamente turbulentos. La guerra comercial entre EE.UU. y China cada día se torna más tensa, y de llegar a escalar aún más, podría muy bien causar una crisis global. En medio de toda esta preocupación, hay quienes buscan refugio en las criptomonedas (específicamente en el bitcoin al ser la mas conocida) sin imaginar los riesgos que ello conlleva. En efecto, debido su alto grado de volatibilidad - por el cual una semana incrementa su valor, pero a la siguiente se desploma - una inversión como esta sólo pueden asumirla especuladores muy expertos, pero en estos últimos tiempos mucha gente que se deja llevar por las noticias y está invirtiendo en ellas. A nivel global se están escuchando cosas alarmantes que deberían preocupar a los reguladores. ¿Por qué mucha gente invierte en bitcoin? Dejando a un lado los especuladores a corto, los inversores a largo afirman interesadamente que el bitcoin en el futuro “será el medio de intercambio universal” y el depósito de valor que sustituirá a dólar, euro, etc. ¿Cuánto de ello es cierto? Bitcoin y su tecnología trajo la promesa de tener un medio de intercambio anónimo y sin intermediarios. En realidad esto ya existe: pagar en metálico. La ventaja de pagar con criptomoneda sería que hiciera más fácil pagar a distancia. Sin embargo en el mundo real comprar algo con bitcoin o transferir fondos - por ejemplo a un familiar en otro país - no es para nada sencillo. No hay ninguna app que lo haga fácil a pesar de que muchas startups están intentándolo. Y aunque llegara a ser usable, las comisiones son tan altas que no merecería la pena. Usarlo para mandar dinero a otro país y cambiarlo por moneda tradicional usando un cajero bitcoin puede llegar a costar un 15% de comisión entre emisión y retirada. Estas comisiones son difíciles de calcular y en parte sólo son accesibles una vez creada la cuenta en el intermediario. Pero el mayor problema no son tanto las comisiones sino el historial de malas prácticas que acumulan los exchange o intermediarios. Estás son algunos de los trucos que usan descaradamente: 1.-wash trades — operaciones de un operador consigo mismo para crear volumen e influir en el precio, como se ha denunciado en Bitfinex; 2.-spoofing — ordenes de compra o venta enormes para simular un momento de optimismo o pesimismo que se cancelan según vaya afectando al precio. Esta práctica se ha denunciado en Coinbase y otros; 3.-painting the tape — como wash trades pero con múltiples participantes. Mark Karpelès reconoció ante un juez que usaba esta técnica en el exchange Mt. G; 4.-front-running — donde un operador es capaz de colar su orden antes que la de los clientes en momentos propicios. No es posible enfatizar bastante lo poco riguroso de las medidas de seguridad de estos intermediarios cuando no se dedican directamente a manipular el mercado. Sin la vigilancia de autoridad alguna, el principal exchange del momento llamado Mt Gox se hundió en el 2014 perdiendo todos los bitcoins (850,000 bitcoins). La teoría más aceptada es que sufrieron robos masivos de sus criptomonedas por no tener medidas de seguridad adecuadas. En el 2016 pasó lo mismo con el exchange australiano Igot y podríamos hacer una interminable lista con incidencias de estas empresas. Es difícil pensar que estas malas prácticas desaparecerán sin regulación. De otro lado, las monedas que diariamente usamos, el euro o el dólar, son un depósito de valor. Esto significa que tengo confianza en que si guardo 5.000 euros en casa, al año siguiente esos euros tendrán un valor muy parecido al inicial. Si mi sueldo está en euros sé - con poca variación - qué cosas podré comprar con él en el futuro cercano. Pero una criptomoneda que aspira a sustituir al dólar no debe tener caídas constantes de forma imprevista perdiendo uno toda su inversión pero a su vez no puede multiplicar su valor en un año sin dañar la economía. Ni las monedas tradicionales más disfuncionales llegan a estos extremos. Nadie va a usar una moneda para las transacciones diarias si su valor es errático. Sin estabilidad nadie va a pedir un préstamo en esa moneda ni la usará para hacer compras. Hasta bien entrado el siglo XX las monedas tradicionales estaban condicionadas al patrón oro: todo el dinero en circulación estaba respaldado en alguna cámara acorazada del gobierno por lingotes. La oferta de oro es limitada y esto provocaba que durante las crisis cíclicas que ocurren en el capitalismo los gobiernos apenas pudieran actuar puesto que no podían imprimir más dinero que el oro que había. El fin de la I Guerra Mundial supuso que los gobiernos se saltaran este patrón ante las enormes deudas acumuladas en la guerra que no podían respaldarse con metal precioso, de ahí se pasó a los acuerdos de Breton Woods y finalmente en 1971 EE.UU. decidió abandonar por completo el patrón oro. Las monedas actuales no están respaldadas directamente con nada más que la confianza en la propia moneda y esto permite a los gobiernos las grandes intervenciones sobre la economía. El sistema actual es muy imperfecto pero permite que los bancos centrales controlen el crédito o la estabilidad de los precios expandiendo o contrayendo la cantidad de dinero en el mercado. Una economía mundial basada en bitcoin sería volver al patrón oro, es decir a la oferta rígida de moneda, dado que esta criptomoneda dejará de producirse cuando alcance la cifra de 21 millones de bitcoins. El 80% del total de bitcoins ya ha sido extraído por los mineros y la dificultad de su extracción crece de manera exponencial (cada vez el crecimiento en número de bitcoins es más lento, se ha diseñado así el sistema). El uso universal de bitcoin significaría despojar a los gobiernos de política monetaria y de poder contraer y expandir la masa monetaria cuando lo necesiten, olvidando la lección que aprendimos en la Gran Depresión. El creador de Bitcoin explicó en el 2008 en un paper que bitcoin “eliminaría la inflación”. Por eso bitcoin atrae a los gold bugs y todo aquel contrario a la intervención del gobierno en la moneda. Vivimos una contradicción en la que cada vez más voces interesadas piden eliminar el dinero físico (usar moneda como la actual pero sólo tarjetas y transferencias) “para combatir el fraude fiscal y las actividades delictivas” y a la vez se da credibilidad a bitcoin que hace más difícil aún vigilar las transacciones. Suecia está haciendo avances para reducir la porción de su economía que se realiza en efectivo. España limita cada pocos años el dinero que puedes pagar en metálico por transacción obligando a identificarte de manera electrónica. ¿Cómo es esto compatible con una moneda que no deja rastro de quién emite y recibe una transacción? ¿Cómo ayuda esto a la lucha contra el fraude y el delito? ¿Cuántos inversores en bitcoin cumplen con el fisco? Bitcoin sube con fuerza porque tiene dos tipos de inversores: los que invierten de manera especulativa y por otra parte los que invierten a largo plazo porque creen que bitcoin es el medio de pago del futuro. Para los que especulan - muchos se han hecho ricos - Bitcoin es una apuesta con un alto riesgo pero con gran recompensa. Con la entrada de bitcoin en el mercado de derivados también se puede apostar a la baja. Una media especulativa que escapa al control de los organismos reguladores y que solo benefician a quienes lucran con ellas. Es por ello que volvemos a insistir que el bitcoin no tiene ningún valor en el largo plazo y es impredecible en el corto. No os dejéis engañar :(
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