Como sabéis, los medidores de actividad conectados se han convertido en un estímulo para hacer ejercicio. Son una especie de conciencia añadida a los consejos habituales de salud. Es el que llevamos en la muñeca y nos dice que hoy no hemos alcanzado los 10.000 pasos previstos o no hemos gastado las 650 kilocalorías activas ni los 10 pisos acordados. También es verdad que no pasa nada si no logras cumplir, pero te da un gusto cuando ves las banderitas de misión cumplida... Las últimas generaciones de estos equipos se han ido perfeccionando y ahora casi no hace falta acudir a relojes estrictamente deportivos para realizar, por ejemplo, entrenamientos basados en cardio. Hasta hace poco era fácil orientar a un usuario. Se le podía conducir hacia un reloj deportivo dedicado al ejercicio o uno más general en función del uso, pero por ejemplo el Gear Fit 2 Pro, la última pulsera de Samsung, comparte las funciones habituales de un reloj deportivo y de uno conectado. Lo mismo te avisa de tu frecuencia cardiaca (ha mejorado la precisión en la medida del ritmo cardiaco), te ayuda a controlar la nutrición o te mantiene al día mediante notificaciones de mensajes, correos, etcétera. Vamos, que por funcionalidades, esta pulsera está muy cercana al reloj inteligente Gear S 3, por ejemplo. Evidentemente, la Gear Fit es más deportiva en varios aspectos. Para empezar, el diseño. Es menos voluminosa, con una pantalla rectangular de 1,5 pulgadas y curvada para poder adaptarse mejor al brazo. Además, en este caso, sí está recomendada para nadar (aguanta cinco atmósferas, la presión que podría tener a 50 metros de profundidad), aunque no para bucear. Y, además, cuenta con las apps Speedo On, Under Armour Recerd, MyFitnessPal, MapMyRun y Endomondo. Para comenzar una actividad, puedes seleccionar lo que vas a hacer, pero también detecta automáticamente si caminas, corres, vas en bici o... bailas y detiene mediciones cuando te paras. He estado comparando diversas variables con varios dispositivos simultáneamente y la desviación entre ellos es muy pequeña en cuanto a pasos, distancias e incluso ritmo cardíaco. En lo que sí ha habido una desviación importante es en los pisos subidos. Mientras, por ejemplo, el Apple Watch me decía que había subido cuatro pisos, el Gear Fit 2 Pro anotaba nueve. Pisos, lo que se dice pisos, eran cuatro. Igual, si sumamos los escalones o las aceras, podían sumar otros cinco... La nueva pulsera de Samsung es realmente cómoda, incluso cuando se moja, se adapta muy bien a la muñeca, pesa poco (34 gramos), está movida por un procesador de dos núcleos a 1 gigahercio y emplea Tizen como sistema operativo. Tiene dos gigas disponibles para llevar música y cuenta con GPS además de acelerómetro, giroscopio y barómetro. Se puede conectar a unos cascos (además de a móviles tanto Android como Apple) por Bluetooth y también a redes WiFi. La batería es de 200 miliamperios, que le da una autonomía de un par de días sin abusar de las notificaciones y siendo generosos. A un precio de 229 euros, está disponible en dos colores, negro y rojo, y las esferas, por supuesto, se pueden personalizar :)
