TIEMPO RE@L

domingo, 3 de mayo de 2020

DEL ROBOT INSECTO A LA MEDUSA CIBORG: Animales al servicio del espionaje

En los años 70, la CIA intentó desarrollar una libélula robótica para programas de espionaje; ahora se colocan sensores y activadores en saltamontes y medusas de carne y hueso. El proyecto que la agencia de espionaje estadounidense emprendió en abril de 1974 para crear un dron al más puro estilo de esos que hoy aún nos parecen tan avanzados y futuristas. En algunos sentidos, el insectocóptero, iba incluso más allá. El objetivo fundamental de aquella aeronave no tripulada tan adelantada a su tiempo no era repartir paquetes, ni grabar tomas aéreas, ni siquiera aspiraba a ir por ahí cerrando aeropuertos. El plan era crear una libélula capaz de hacer vuelos de al menos 100 metros e instalar sistemas de vigilancia por audio. El proyecto quedó finalmente abandonado, ya que el sistema de navegación disponible en la época, guiado por láser, era apto para vuelos en línea recta y encontraba demasiados problemas en las imprevisibles condiciones del mundo real. Como sabéis, la simbiosis entre el reino animal y el de la tecnología no es extraña en el mundillo del espionaje. Palomas con cámaras, delfines entrenados para instalar explosivos y peces robóticos figuran en el historial de gadgets que la CIA ha empleado durante el último medio siglo. También probaron a implantar un micrófono en un gato, pero -20 millones de dólares más tarde- el animal se distrajo y fue atropellado por un taxi. Toda esta fauna de agentes secretos se ha hecho pública en un conjunto de informes desclasificados que recoge The Black Vault, un proyecto que recopila documentos de este tipo. "Desde un punto de vista técnico, hay una alta probabilidad de que los animales sean capaces de ejecutar muchas tareas útiles, si no únicas, que serán de interés para el Departamento de Defensa y la CIA. Esperamos que estas investigaciones de sistemas animales se lleven a fases más avanzadas de desarrollo", aseguraba Carl E. Duckett, el que fuera fundador y director de la división Ciencia y Tecnología de la CIA, en una carta fechada en diciembre de 1967. Pero la voluntad de combinar animales y nuevas tecnologías no es exclusiva del siglo pasado ni de los programas de espionaje. Un equipo de investigadores de la Universidad de Washington acaba de publicar un estudio sobre la viabilidad de emplear "biorrobots basados en insectos" en tareas de detección de explosivos. "Proponemos una solución híbrida bioelectrónica que aprovecha directamente el rico repertorio de sensores olfativos y el sofisticado marco neurológico y computacional del sistema olfativo de los insectos", explican. En este caso, los socios animales son saltamontes. Luego de comprobar cómo la exposición a químicos explosivos activaba ciertas neuronas en estos insectos, los investigadores diseñaron un sistema para, a través de una cirugía mínimamente invasiva, poder medir sus respuestas electrofisiológicas y crear un sistema de detección. "En resumen, nuestro estudio es la primera prueba de cómo los sistemas olfativos biológicos pueden 'secuestrarse' para desarrollar una aproximación cíborg para la detección de químicos". Otro insecto que aparentemente también es apto para esta tarea es, de acuerdo con los investigadores, la cucaracha roja. Pero eso no es todo, ya que a finales de enero, Science Advances publicó un ejemplo más de esta tendencia, con las medusas como protagonistas. El estudio, obra de dos investigadores de la Universidad de Stanford, presenta a estos animales como "uno de los vehículos subacuáticos más energéticamente eficientes" y una "potencial fuente de ventajas" para abordar los grandes retos de la robótica."Presentamos un robot biohíbrido que usa microelectrónica integrada para inducir el nado en medusas vivas. Las medidas demuestran que la propulsión puede ampliarse sustancialmente al controlar las contracciones del cuerpo a un rango de frecuencias óptimo más rápido que el comportamiento natural", señalan. Las medusas cíborg que resultan de este experimento nadan tres veces más rápido, mientras que el gasto metabólico del animal solo se duplica. "Este robot usa entre diez y mil veces menos energía externa por masa que cualquier otro robot acuático reportado en la literatura", prometen. El sistema diseñado por los investigadores aplica corrientes eléctricas periódicas para incitar contracciones musculares en las medusas. El biorrobot resultante, concluyen los investigadores, tiene el potencial para expandir las técnicas de exploración de los océanos y abre la puerta a futuras mejoras en el control de las medusas biohíbridas, así como a la incorporación de microsensores que permitan recoger información del entorno. “No habrá lugar donde esconderse, porque sea en lo alto de una montaña, bajo tierra o en el fondo del mar, los robots os encontraran. Ni el Coronavirus puede con ellos” puntualizó :(

IPHONE SE (2020): La involución del smartphone

Era uno de los dispositivos más esperados de Apple en los últimos tiempos: el pequeño, compacto y relativamente asequible iPhone SE pedía a gritos una renovación desde que se lanzó en el 2017, y tal y como se rumoreaba por fin ha llegado el iPhone SE (2020) y que de seguro será el favorito de los nostálgicos y amantes de lo retro. Este modelo reaprovecha muchas de las opciones que habíamos visto en los iPhone 8 porque la propuesta de Apple aquí es la de plantear una alternativa claramente más atractiva para quienes quieran un iPhone a precios más ajustados. Hay sacrificios en varias áreas, por lo que el atractivo del producto es fácilmente discutible. La hoja de especificaciones del nuevo iPhone SE revela una propuesta que combina elementos del iPhone 8 con algunos del iPhone 11. El chasis es el del iPhone 8, y esa vuelta al sensor Touch ID en detrimento de Face ID es singular. También destaca la pantalla de 4,7 pulgadas que aun con los pronunciados marcos hace que el terminal sea más compacto que el resto de iPhones disponibles actualmente. El protagonista de la hoja de especificaciones es probablemente el procesador Apple A13 Bionic, que permite sacar todo el terreno del resto de componentes, incluida la cámara, que es una adaptación de la de los iPhone 11 y que entre otras cosas permitirá grabar vídeo en resolución 4K y 60 FPS. También sorprenden dos opciones singulares: aunque la resistencia al agua es menor que la de otros modelos (IP67 frente a IP68) contaremos con soporte de carga inalámbrica y también con conectividad WiFi6, el nuevo estándar que amplía cobertura y tasas de transferencia de este tipo de transmisiones. Apple no ha ofrecido datos como la capacidad de su batería, aunque sí indica que la autonomía del iPhone SE es "más o menos la del iPhone 8". Será interesante ver si ese dato se cumple teniendo en cuenta que estamos ante un procesador más potente (y eficiente, ciertamente). El cargador incluido vuelve a ser modesto y solo ofrece 5W de potencia de carga, aunque el iPhone SE (2020) soporta carga rápida de 18 W. No cuenta con toma de auriculares, pero sí se incluyen unos auriculares con conector Lightning en la caja. Apple, que había dado el salto a los teléfonos sin apenas marcos tras el lanzamiento del iPhone X, es curioso cómo regresa a ellos con este nuevo iPhone SE (2020) heredero de los últimos móviles "convencionales" de Apple que llegaban junto al iPhone X, los iPhone 8 y iphone 8 Plus. Como aquellos, en el nuevo iPhone SE encontramos esos marcos voluminosos que eran característicos de los smartphones de Apple. Eso precisamente hace que la firma recupere el sensor Touch ID que seguramente sea un potente reclamo para quienes echaban de menos este sensor biométrico. Evidentemente el móvil carece de Face Id, y estamos ante una "versión moderna" de aquel iPhone 8 en muchos apartados. El diseño no cambia mucho respecto a aquellos modelos: los marcos son como decíamos amplios y nos devuelven un poco a ese pasado de teléfonos enormes de Apple que aún así no disponían de pantallas demasiado grandes. En el iPhone SE volvemos de hecho a una diagonal discreta de 4,7 pulgadas que fue acompañante de los móviles de Apple durante años. El nuevo iPhone SE estará disponible en tres colores: negro, blanco y el característico rojo de su edición PRODUCT (Red). Aunque integrará muchas de las opciones que veíamos en el iPhone 8, no contará con soporte para la tecnología 3D Touch. Eso podría tener un impacto sensiblemente positivo en la batería. Eso sí, en Apple indican que cuenta con respuesta háptica para las acciones rápidas y para menús contextuales. Estamos desde luego ante un dispositivo que seguramente será todo un candidato para quienes buscan sustituto a sus antiguos iPhone 6. El precio es llamativo, sobre todo tratándose de un smartphone de Apple, y el formato sigue la misma línea que el de aquellos modelos que se presentaron en septiembre de 2014 y supusieron aquel primer salto a diagonales de 4,7 pulgadas (y 5,5 en el modelo Plus) tras mantener durante años pantallas de 4 pulgadas en sus smartphones. Otro de los sacrificios evidentes que llegan con el nuevo iPhone SE es el que afecta a su configuración de cámaras: de los módulos de sensores que llegaron a los iPhone 11 en todas sus variantes pasamos a una configuración que también es una vuelta al pasado: solo contaremos con una cámara trasera. Dicha cámara plantea aparentemente el mismo sensor que teníamos en los iPhone 11: uno con resolución de 12 Mpíxeles y apertura f/1.8 además de la siempre notable estabilización óptica de imagen de Apple. No contamos con la tecnología 100% Focus Pixels ni modo noche, pero sí dispone de esa grabación de vídeo 4K a 60 FPS con la que cuentan los últimos iPhone de gama alta. En el frontal contamos con la cámara de 7 Mpíxeles y apertura f/2.2 que también encontrábamos en aquellos modelos, de modo que las sorpresas aquí son pocas: Apple ha confiado en una configuración que ya daba muy buenos resultados en los iPhone 8 y que seguramente seguirá dándolos en un iPhone SE que tiene una ventaja fundamental sobre su competidor: el procesador A13 Bionic. Ese SoC refuerza la apuesta fotográfica y permite sacar provecho de los avances que Apple ha hecho en fotografía computacional para aplicarlos a este nuevo móvil. Habrá que comprobar esas mejoras en nuestro análisis, pero la cámara debería ser similar en muchos escenarios a la del iPhone 11. En cuanto a su coste y disponibilidad, el nuevo iPhone SE (2020)  ya está a la venta  y disponible en tres colores: blanco (pero con frontal negro, un detalle singular), negro y rojo (como parte de la familia (PRODUCT RED). Y en cuanto a sus precios, son los siguientes: iPhone SE (2020) 64 GB: 489 euros; iPhone SE (2020) 128 GB: 539 euros; iPhone SE (2020) 256 GB: 659 euros :)
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