TIEMPO RE@L

domingo, 12 de febrero de 2023

BARD: El fallido Chatbot de Google

Como sabéis, Google está buscando formas de demostrarle a la gente que todavía está al frente en la carrera por la mejor tecnología de inteligencia artificial. Pero hasta ahora, el gigante tecnológico parece estar dando la respuesta equivocada, según da cuenta Forbes. En efecto, un anuncio diseñado para presentar su nuevo chatbot de IA, llamado Bard, muestra cómo responde incorrectamente una consulta. Las acciones de la empresa matriz, Alphabet, se desplomaron más del 7% el miércoles, eliminando US$100.000 millones del valor de mercado de la empresa. En la promoción de Bard, que se lanzó en Twitter el lunes, se le preguntó al chatbot qué decirle a un niño de 9 años sobre los descubrimientos del telescopio espacial James Webb. Bard respondió que el telescopio fue el primero en tomar imágenes de un planeta fuera de nuestro sistema solar, cuando de hecho ese hito fue reclamado por el Telescopio Muy Grande (VLT) del Observatorio Europeo Austral en el 2004, un error que rápidamente notaron los astrónomos en Twitter. "¿Por qué no verificaste este ejemplo antes de compartirlo?", escribió en un tuit Chris Harrison, investigador de la Universidad de Newcastle. Los inversionistas también quedaron decepcionados por una presentación que hizo la empresa sobre sus planes para implementar inteligencia artificial en sus productos. Google ha estado bajo presión desde fines del año pasado, cuando OpenAI, con el soporte de Microsoft, presentó el nuevo software ChatGPT. Rápidamente se convirtió en un éxito viral por su facilidad para aprobar los exámenes de las escuelas de negocios, componer letras de canciones y responder otras preguntas y según los analistas, ya ha alcanzado los 100 millones de usuarios. Microsoft dijo esta semana que una nueva versión de su motor de búsqueda Bing, que se ha quedado atrás de Google durante años, usará la tecnología ChatGPT en una forma aún más avanzada. En cuanto a Bard -descrito como un "servicio de inteligencia artificial conversacional experimental - funciona con el modelo de lenguaje para aplicaciones de diálogo de Google, o LaMDA, para abreviar. Los modelos de IA como LaMDA, así como el que está detrás de ChatGPT son tipos de redes neuronales que imitan la arquitectura subyacente del cerebro en forma de ordenador. Reciben grandes cantidades de texto de Internet en un proceso que les enseña cómo generar respuestas a indicaciones basadas en el texto que escriben los usuarios. Bard da un paso más con respecto a ChatGPT, ya que Google está añadiendo la tecnología de Bard al motor de búsqueda de Google para permitir consultas complejas. Así, Sundar Pichai, director ejecutivo de Google, también dijo que el motor de búsqueda de la empresa pronto tendría funciones de inteligencia artificial que ofrecerían resúmenes de información compleja. “Bard busca combinar la amplitud del conocimiento del mundo con el poder, la inteligencia y la creatividad de nuestros grandes modelos lingüísticos”, escribió Pichai. "Se basa en información de la web para proporcionar respuestas frescas y de alta calidad". Pero ha quedado demostrado que ello no es cierto. Tras el fiasco de Bard, y aunque los inversionistas han aceptado el impulso de la inteligencia artificial, los escépticos advierten que apresurar la tecnología aumenta los riesgos de errores o resultados sesgados, así como los problemas de plagio. Un portavoz de Google señaló que el error resalta "la importancia de un proceso de prueba riguroso, algo que estamos comenzando esta semana con nuestro programa Trusted Tester". "Combinaremos comentarios externos con nuestras propias pruebas internas para asegurarnos de que las respuestas de Bard cumplan con un alto nivel de calidad, seguridad y rotundidad en la información del mundo real", agregó. El mes pasado, Alphabet eliminó 12.000 puestos de trabajo, aproximadamente el 6% de su fuerza laboral en todo el mundo, en medio de despidos en varios de los principales gigantes tecnológicos. Si bien Google controla cerca del 90% de la búsqueda en internet, lo que significa una ingente cantidad de ingresos publicitarios, ello no asegura el éxito de Bard. ¿Podrá reponerse de su fiasco oficial? No cabe duda que su “guerra” con Microsoft recién ha comenzado.

LG MAGNIT 8K: Realidad extendida al máximo

Generalmente, las principales innovaciones de las que hemos sido testigos durante los últimos cuatro años en el ámbito de la tecnología microLED han llegado de la mano de Samsung y Sony, pero no son las únicas compañías que apuestan por estas pantallas. Como recordareis, en septiembre del 2020 LG presentó Magnit, su primer panel modular microLED, y ahora acaba de dar un golpe sobre la mesa, presentando un modelo de gran tamaño, con una versión de su pantalla microLED con una diagonal de 272 pulgadas y resolución 8K (7.680 x 4.320 puntos). Este enorme panel está constituido por varias matrices microLED más pequeñas repletas de diodos LED autoemisivos y sin marcos. De hecho, esta es una de las ventajas más evidentes de la tecnología microLED: permite ensamblar una gran cantidad de paneles para dar forma a una pantalla mucho más grande y con la relación de aspecto que prefiramos. Por el momento LG no propone sus pantallas Magnit para el mercado de consumo. De hecho, su ecosistema natural es el segmento de la cartelería digital de gran formato. Sin embargo, esta tecnología de imagen acabará peleando en el mercado de consumo cuando pueda beneficiarse de unos costes de fabricación mucho más competitivos como consecuencia de la aplicación de la economía de escala. Aun así, esta pantalla de LG nos permite tomar el pulso al estado de desarrollo en el que se encuentra la que sin lugar a dudas hoy es la mejor tecnología de imagen disponible. Por el momento la única de estas tres compañías que tiene en su catálogo dispositivos microLED claramente destinados al mercado de consumo es Samsung. De hecho, a principios de enero presentó en el CES un abanico amplio de televisores microLED disponibles en 50, 63, 76, 89, 101, 114 y 140 pulgadas. No cabe duda de que la llegada de dispositivos equipados con esta tecnología de 50, 63 y 76 pulgadas encaja con los tamaños por los que podemos optar la mayor parte de los usuarios, pero el precio de estos televisores sigue siendo prohibitivo (su coste aproximado es de unos 1.000 euros por pulgada). Es evidente que hasta que los costes de fabricación no se reduzcan y los paneles microLED tengan un precio mucho más bajo para la mayor parte de los usuarios esta tecnología no representa una alternativa real a los televisores OLED y miniLED más sofisticados. Aun así, si dejamos su coste a un lado y nos ceñimos a sus capacidades desde un punto de vista técnico, es evidente que microLED es el camino a seguir. Y en este terreno LG ya se mide de tú a tú con las propuestas de Sony y Samsung. Actualmente las matrices Magnit están disponibles con un pixel pitch de 0,7, 0,9 y 1,2 mm, lo que refleja que ya han alcanzado una madurez muy notable. Este parámetro mide la distancia en milímetros que hay entre el centro geométrico de dos subpíxeles del panel que reproducen el mismo color primario. Lo ideal es que sea lo más reducido posible porque de esta forma la pantalla nos ofrecerá una resolución mayor y nuestra experiencia será más satisfactoria cuando la miramos a una distancia reducida. Del procesado de la señal de vídeo en cada subpanel microLED se responsabiliza un procesador de imagen Alpha 7 idéntico al que podemos encontrar en algunos televisores de LG. Además, las matrices Magnit pueden lidiar con contenidos HDR10 y HDR10 Pro, pero podemos estar seguros de que cuando LG decida poner a punto televisores microLED para el mercado de consumo no tendrá ningún problema para hacerlos capaces de reproducir contenidos Dolby Vision IQ.De hecho, desde un punto de vista técnico la tecnología microLED es la más atractiva disponible actualmente. Su relación de contraste nativa es similar a la de OLED, su reproducción del color es fabulosa (sobre el papel puede cubrir el 100% del espacio DCI-P3) y su capacidad máxima de entrega de brillo coquetea con los 2.000 nits sin despeinarse. Además, los diodos microLED son inorgánicos, por lo que no son sensibles a la degradación de los píxeles autoemisivos de las matrices OLED. Confiemos en que el precio por pulgada de los paneles microLED se reduzca drásticamente en un plazo de tiempo razonable y los entusiastas de la imagen podamos empezar a soñar con hacernos con una de estas pantallas.
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