TIEMPO RE@L

domingo, 10 de noviembre de 2019

LOS PELIGROS DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL: Un riesgo para la civilización

Desde Stephen Hawking hasta Elon Musk, algunas de las mentes más importantes del mundo de la inteligencia artificial (IA) han expresado en reiteradas ocasiones su preocupación porque representan una amenaza existencial para nuestra especie. Como sabéis, la Inteligencia Artificial ha dejado de ser parte de la ciencia ficción y es ahora una realidad, esto gracias a desarrollos que traen a nuestros días importantes avances en el campo de la robótica y en el software. Todo esto que parecía cosa del futuro está ya en nuestro día a día, pero podría traernos más problemas que beneficios si no tenemos cuidado. Una opinión que también comparte Bill Gates. En efecto, según el co-fundador de Microsoft debemos tener prudentes y abordar con precaución la creación de inteligencias artificiales: “Estoy en el campo que está preocupado por las súper inteligencias. Primero, las máquinas harán muchos trabajos por nosotros y no serán súper inteligentes. Eso debería ser positivo si lo manejamos bien. Sin embargo, al pasar unas décadas, las inteligencias serán suficientemente fuertes como para convertirse en una preocupación ya que verán a las formas de vida biológicas - o sea nosotros - como sus enemigos y trataran de exterminarnos. Estoy de acuerdo por ello con Elon Musk y con otros acerca de esta amenaza para nuestra existencia y no entiendo por qué algunas personas no están preocupadas del peligro que representan” aseveró. Bill Gates insiste en que si no tenemos precaución, en un futuro podemos perder el control de este tipo de inteligencias, superando a las personas, marginándolas y destruyéndolas, poniendo en riesgo a toda la raza humana. Cabe destacar que esta advertencia no es de ahora ya que como recordareis, en el 2015, Hawking, Musk y un grupo de reconocidos científicos dieron a conocer en una carta el potencial peligro que representa para la humanidad el desarrollo de la Inteligencia artificial, por lo cual recomiendan una mayor investigación enfocada a asegurarse de que los cada vez más capaces sistemas de inteligencia artificial sean beneficiosos para los humanos y que es esencial que “deban hacer lo que nosotros queramos que hagan", es decir manteniéndolos bajo control, evitando que actúen por su propia cuenta. Acompañando la carta, publicaron además un completo informe sobre qué consideran que se tiene que investigar tanto a corto como a largo plazo: desde cómo la automatización de ciertas tareas puede afectar económicamente a la sociedad hasta cómo se tratará el asunto de la ética: en caso de accidente inevitable y hay que tomar una decisión, ¿qué debería escoger un coche autónomo: una baja probabilidad de herir a sus pasajeros “de forma accidental” o una alta probabilidad de que se produzcan daños materiales importantes? A modo de conclusión, desde la asociación si bien reconocen que la inteligencia artificial "tiene el potencial de proporcionar beneficios sin precedentes" a la humanidad y deben maximizarse estos beneficios, hay que evitar que sean autónomos, "debiendo en todo momento estar alineada con los intereses humanos". Lamentablemente han pasado los años y dichas recomendaciones no han sido tomadas en cuenta por quienes están desarrollando robots dotados de total autonomía que el día menos pensado, se volverán contra sus creadores :(

NIKON Z 50: Comparte tus emociones

Tras lanzar su apuesta por las cámaras sin espejo con el sistema Z, se había especulado mucho sobre posibles novedades en esta familia, incluyendo si los nuevos modelos serían cámaras full frame o de sensor recortado. Al fin y al cabo este es un mercado en el que Nikon era la única (sin contar a Pentax, que sigue sin apostar por las evil) que no tenía ninguna mirrorless APS-C. De modo que el lanzamiento de la Nikon Z50 lo es también de una nueva línea de cámaras. Ésta llega acompañada de los dos primeros objetivos Nikkor Z DX 16-50mm f/3.5-6.3 VR y 50-250mm f/4.5-6.3 VR y apuesta por un diseño continuista con sus hermanas mayores, usando la misma montura pero reduciendo notablemente las dimensiones del cuerpo. Aún así, sus principales características no suenan nada mal: sensor CMOS APS-C de 20,9 Mpíxeles, procesador EXPEED 6, sistema AF híbrido de 209 puntos, con detección de ojo inteligente y enfoque hasta –4 EV, sensibilidad 100–51.200 ISO, ráfaga hasta 11 fps con AF y grabación de vídeo 4K/UHD a 30p. Eso por lo que toca al interior porque externamente hay que destacar algunas cosas. La primera que, aunque se había especulado con la posibilidad de que este modelo llevara un visor electrónico de tipo lateral, finalmente se ha optado por uno central de 2360 k puntos, siguiendo las líneas de diseño de las Z6 y Z7 pero en un tamaño más pequeño para asegurar la portabilidad. En este sentido destaca también una empuñadura profunda que hace que las cámaras mirrorless de Nikon sean tan cómodas de sujetar. De hecho, promete un manejo cómodo, además de botones, diales y controles de pantalla táctil cuidadosamente ubicados, además de un cuerpo fácil de transportar con una parte superior y parte delantera sólidas fabricadas con una aleación de magnesio y un sistema de menús con el que se familiarizarán al instante los usuarios actuales de cámaras DSLR de Nikon y fácil de dominar también para los nuevos usuarios de Nikon. También es destacable la pantalla táctil abatible (de 1040 k puntos) con controles táctiles al estilo de los teléfonos móviles y que se puede inclinar hacia arriba o hacia abajo para disponer de flexibilidad cuando se disparen vídeos o autorretratos. Lo que no tiene, eso sí, es el estabilizador integrado en el cuerpo ya que la tarea, como ocurría con sus réflex se deja para los objetivos (de hecho los dos primeros vienen con esta característica). Para evitar las posibles reticencias de los usuarios acostumbrados a las réflex, su visor electrónico ultranítido (2360 k puntos) puede mostrar un imagen natural, similar a la de un visor óptico de cámara DSLR. O bien, pueden mostrarse las imágenes tal y como se verán con la configuración aplicada. En esta línea, por supuesto es compatible con el adaptador de montura FTZ para poder usar la amplia gama de objetivos Nikkor con montura F. Por lo demás, hay que mencionar que incluye un flash de tipo pop-up, puede funcionar de forma totalmente silenciosa, incluye 20 efectos creativos integrados (para fotos y vídeo), conectividad inalámbrica por WiFi y Bluetooth y unas dimensiones de 126,5 × 93,5 × 60 mm, y un peso de 395 gramos (solo el cuerpo). Como hemos comentado, la Z50 llega al mercado acompañada de dos nuevos objetivos para montura Z pero adaptada al formato DX, es decir a los sensores APS-C que utiliza la marca. Se trata de los ** Nikkor Z DX, 16-50mm f/3.5-6.3 VR** y Nikkor Z DX 50-250mm f/4.5-6.3 VR. El primero, el Nikkor Z DX 16-50mm f/3.5-6.3 VR, es un zoom estándar con cobertura equivalente entre 24 y 75 mm que presume de ultraportátil ya que pesa solo 135 gramos y es sumamente plano. Su sistema de reducción de la vibración promete compensar hasta 4,5 pasos e incluye un anillo de control silencioso para el enfoque manual, el diafragma o la compensación de exposición. Dos características que también ofrece el teleobjetivo, aunque éste declara compensar los movimientos hasta cinco pasos. Por lo demás, el Nikkor Z DX 50-250mm f/4.5-6.3 VR es un teleobjetivo zoom compacto con un rango de distancia focal equivalente de 75-375 mm. Su distancia de enfoque mínima es de cinco centímetros, su peso405 gramos y su cuerpo muy compacto cuando está retraído. En cuanto a su coste y disponibilidad, la nueva Nikon Z50 y las ópticas Nikkor Z DX, 16-50mm f/3.5-6.3 VR y 50-250mm f/4.5-6.3 VR ya están a la venta a un precio de 859 dólares sólo cuerpo, 999 dólares con el Nikkor 16-50mm y 1.349 dólares en el kit que incluye los dos nuevos objetivos, los cuales también se venden por separado a 299 y 349 dólares respectivamente :)
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