TIEMPO RE@L

domingo, 14 de octubre de 2012

EL CIBERESPACIO: El “quinto campo de batalla” para los Estados Unidos

Estados Unidos admitió por primera vez la existencia de comandos militares entrenados para lanzar ataques en el ciberespacio, considerado su “quinto campo de batalla” después del mar, la tierra, el aire y el espacio exterior. En efecto, el Pentágono está en condiciones de identificar y localizar a los agresores potenciales de Estados Unidos, y de responder a cualquier ofensiva o amenaza en el plano informático, reveló el ex jefe de la CIA y actual secretario de Defensa Leon Panetta. Tiempo atrás, el director de la Agencia de Defensa de Sistemas de Información Carroll F. Pollett explicó al Congreso norteamericano que el ciberespacio se convirtió en un nuevo campo de batalla y adquirió una importancia similar a la que tienen la tierra, el mar, el aire y el espacio exterior. “En lenguaje militar, el ciberespacio es denominado el quinto campo de batalla… Está claro que debemos defenderlo y volverlo operativo”, subrayó el funcionario. Para ello, Washington creó en 2010 el denominado Comando Cibernético, con sede en Fort Meade, Maryland, dependiente de la Agencia de Investigación Avanzada de Proyectos de Defensa, una de las principales organizaciones de investigación del Pentágono. El Pentágono dispondría este año de un presupuesto de 3.400 millones de dólares destinados al programa de ciberseguridad y tecnología cibernética. En marzo de 2012, el experto norteamericano James Bamford reveló en un artículo publicado por la revista Wired que Estados Unidos construye uno de los centros de espionaje más grandes del país en el desierto de Utah, el cual forma parte de la Iniciativa Integral para la Ciberseguridad y está a cargo de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA en inglés). Este centro de espionaje emplazado en un área de 90 mil metros cuadrados (cinco veces más grande que el Capitolio) denominado Utah Data Center (UDA) comenzaría a funcionar en septiembre de 2013. Tiene un costo de dos mil millones de dólares y fue creado para interceptar, almacenar y analizar información personal generada en Internet, como por ejemplo contenidos de correos electrónicos privados, llamadas telefónicas, transacciones financieras y búsquedas en Google. El proyecto tiene su origen en una iniciativa de la NSA denominada Stellar Wind (viento estelar), impulsada por el gobierno de George W. Bush luego de los atentados terroristas de septiembre de 2001. Según The New York Times y la revista Wired, la NSA mantiene contactos con las proveedoras de servicios de telecomunicación AT&T y Verizon para gestionar la enorme cantidad de información recopilada en la última década, que incluye reportes financieros y datos políticos, legales y económicos de países considerados “enemigos”. Para ello, el proyecto UDA desarrolla una súper computadora capaz de decodificar la información en una instalación denominada “Multiprogram Research Facility”. Hasta hace poco el Departamento de Defensa insistía en que las operaciones del Ejército en Internet solo tenían carácter defensivo y nunca mencionó el desarrollo de estrategias y armas para atacar a los “enemigos” de la Casa Blanca. Sin embargo, el secretario de Defensa Leon Panetta confesó ayer en Nueva York que un grupo de expertos desarrolla la “capacidad de conducir operaciones efectivas para contraatacar las amenazas a nuestros intereses en el espacio cibernético”, y nuevas “reglas” para determinar cuándo, cómo y dónde pueden las fuerzas armadas emprender una ciberguerra. La confesión del Secretario de Defensa confirma numerosos reportes de prensa sobre la creación de virus malignos empleados en operaciones militares de sabotaje y espionaje informático contra países como Siria, Líbano, Sudán, Egipto e Irán, este último el más afectado por ese tipo de terrorismo de Estado.En los últimos meses, The New York Times y otros medios digitales publicaron nuevos datos que dan pistas sobre un programa federal de ciberataques a Irán, y una nueva táctica de guerra contra Al Qaeda en Yemen, Somalia y Pakistán con el uso de aviones no tripulados. Las armas cibernéticas de nueva generación son capaces de perturbar las redes militares del enemigo, incluso cuando no están conectadas a Internet, utilizando señales de radio para insertar códigos informáticos. Al combinar herramientas cibernéticas con otras tácticas militares se podría, por ejemplo, desencadenar un ataque sin que el rival lo detecte hasta tanto se ponga en marcha, explicó The Washington Post. Según el sitio Huffington Post, comandos de expertos contratados por Casa Blanca diseñan efectivas armas de ataque a ordenadores “enemigos” que administran redes de energía o centrales nucleares. Así, con ayuda de Israel, Washington ideó y puso en circulación el gusano Stuxnet que en 2010 inactivó temporalmente mil centrifugadoras para desarrollar energía nuclear y producir electricidad en Irán. El corresponsal en Washington del diario The New York Times David Sanger develó en un libro publicado en junio de este año que el presidente Barack Obama ordenó intensificar los ciberataques contra Irán con el software nocivo, en una reunión urgente con el vicepresidente Joseph Biden y el entonces director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) Leon Panetta. Luego del descubrimiento del Stuxnet en 2010 gracias a un error de programación, Washington y Tel Aviv engendraron otro software tan dañino que es considerado la primera arma atómica de la ciberguerra: el Flame, diseñado para rastrear el programa nuclear iraní; conformar un mapa de la red informática; copiar archivos de las computadoras, y recabar datos de inteligencia. The Washington Post informó que en la operación participaron especialistas de la NSA, de la CIA y militares israelíes. El Flame es capaz de activar micrófonos y cámaras de las computadoras, iniciarse mediante golpes de teclado, tomar capturas de pantalla, extraer datos de geolocalización, y enviar y recibir información mediante tecnología inalámbrica sin ser detectado. “Tiene todos los indicios de constituir un ciberataque maquinado por un Estado nación: es poderoso y complejo y apunta directamente a una zona caliente: Irán”, describió el analista Douglas Rushkoff. Como sabéis, Irán es blanco de hasta 500 ataques cibernéticos con el propósito de sustraer información clasificada o introducir virus que desestabilicen las operaciones de los organismos del Estado islámico. En por ello que Rusia fustiga los intentos de Estados Unidos de establecer un control mundial sobre el espacio cibernético y convertirlo en instrumento para instigar procesos políticos, económicos y sociales en acomodo a sus “intereses nacionales”. Al parecer, algunos representantes del establishment estadounidense mantienen los rezagos de la guerra fría, que ahora quieren trasladar a la esfera de las altas tecnologías y las comunicaciones, deploró el vocero oficial de la Cancillería rusa Alexander Lukashevich. Con ello Washington, pretende presentarse como árbitro y dueño de los destinos del mundo :(
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