Elon Musk ha anunciado planes para crear una nueva enciclopedia en línea que rivalice con Wikipedia, la cual él y muchos críticos describen como políticamente sesgada. Afirmó que su versión representará una "gran mejora" respecto al sitio web existente. El servicio planificado, llamado Grokipedia, será impulsado por la compañía xAI de Musk y su modelo de inteligencia artificial generativa Grok, que ya está integrado en su plataforma social X. Musk también compartió las reacciones de los usuarios a su anuncio. Estos incluyeron un logotipo simulado que fusionaba Grok y Wikipedia, un meme que representaba a Musk como la parca preparándose para derribar la plataforma y sugerencias del cofundador de Wikipedia convertido en crítico, Larry Sanger, sobre cómo garantizar la neutralidad en una base de conocimiento editada por los usuarios. Musk reveló la iniciativa en respuesta a una publicación de David Sacks, asesor de criptografía y ciberseguridad de la Casa Blanca, en la que criticaba a Wikipedia. Sacks calificó el sitio como obra de "un ejército de activistas de izquierda", en lugar de la fuente de conocimiento neutral y consensuada que afirma ser. Advirtió que la prominencia de Wikipedia en los resultados de búsqueda de Google y su papel en el entrenamiento de modelos de IA hacen que su sesgo percibido sea "un grave problema". La crítica de Sacks siguió a una entrevista reciente en la que Sanger le dijo al periodista Tucker Carlson que las reglas de Wikipedia (como excluir a los medios conservadores de su lista de "fuentes confiables" ) resultan en un sesgo sistémico. Los comentaristas llevan mucho tiempo acusando a Wikipedia, que depende de donaciones, de traicionar su promesa de neutralidad en temas polémicos. Musk se burló de la plataforma anteriormente, llamándola "Wokipedia", y en una ocasión ofreció mil millones de dólares si aceptaba cambiar su nombre a "Dickipedia" durante un año. Musk reconoció que Grok usó datos de Wikipedia en su entrenamiento, pero dijo que los desarrolladores "deberían tener esto solucionado para fin de año" apunto. “Dejen de donar a Wokepedia hasta que restablezcan el equilibrio en su autoridad de edición” aseveró. Asimismo, sugirió que Wikipedia “apesta” por gastar 50 millones de dólares en DEI. La DEI, un conjunto de prácticas empresariales diseñadas para promover “la diversidad laboral”, ha sido criticada con justa razón por los conservadores, quienes argumentan que impone una discriminación inversa contra las personas blancas y socava los sistemas basados en el mérito. En los últimos meses, varias grandes corporaciones, como Boeing, Ford Motor Company, Nissan y Walmart, han reducido sus iniciativas de DEI. Musk tiene un conflicto de larga data con la enciclopedia, y no es de ahora. El año pasado, Sanger afirmó que la plataforma está siendo utilizada por la comunidad de inteligencia estadounidense como un instrumento de “control” y para promover la agenda del establishment liberal de izquierda ¿Podrá tener éxito Grokipedia? Pronto lo sabremos.
Desde hace años guardamos nuestras fotos, documentos, vídeos y proyectos de la escuela o el trabajo en memorias USB, discos duros externos o tarjetas de memoria. Son las herramientas que han acompañado a millones de personas a lo largo del tiempo. Se convirtieron en el estándar para transportar información de un lado a otro, así como tener a mano copias de seguridad. Sin embargo, comparten un problema que nunca se ha resuelto del todo, y es que se estropean, se llenan demasiado rápido y tarde o temprano dejan de funcionar. Para solucionarlo, se ha presentado una alternativa que cambiará las reglas del juego, y es que Microsoft trabaja en una tecnología experimental conocida como Project Silica, que promete sustituir los dispositivos de almacenamiento que conocemos con un material tan resistente como el vidrio de cuarzo y capaz de conservar datos durante siglos. La propuesta busca dar respuesta a una necesidad que no deja de crecer en todo el mundo, que es la de almacenar cada vez más datos sin miedo a perderlos o que se estropeen y sin la preocupación de quedarse sin espacio para guardar más archivos. Como sabéis, los USB y discos duros se han consolidado como las opciones más prácticas debido a que permiten mover información de un dispositivo a otro, ofrecen gran capacidad por muy poco dinero y caben en cualquier bolsillo. Gracias a ellas, durante años no hemos tenido que preocuparnos demasiado por el espacio. El problema llega con el paso del tiempo, porque los conectores se dañan, los chips se desgastan y los sistemas de lectura comienzan a fallar. Un archivo que guardaste hace cinco o diez años puede desaparecer sin aviso porque el dispositivo dejó de funcionar. La obsolescencia de los formatos también juega en contra, lo que hoy es un estándar puede quedar relegado en cuestión de una década. Mientras tanto, la cantidad de datos que generamos se multiplica. Las cámaras de los móviles graban vídeos en 4K, guardamos miles de fotos en alta resolución, trabajamos con proyectos pesados en la nube y hacemos copias de seguridad completas del ordenador. Esa avalancha de información se apoya todavía en soportes frágiles que no garantizan su conservación. Aquí es donde entra en juego Project Silica. Microsoft investiga cómo grabar datos en láminas de vidrio a base de sílice utilizando láseres de femtosegundos, una técnica que modifica de forma permanente la estructura del material. En lugar de depender de partes mecánicas, el archivo queda inscrito en un soporte estable e indestructible. Resistencia: El cristal no se deteriora con el tiempo ni sufre daños por condiciones externas habituales; Sostenibilidad: Se trata de un material abundante, no tóxico y fácil de producir; Capacidad: Una sola lámina puede almacenar varios terabytes de información; Durabilidad: La escritura es única y los datos se conservan intactos durante siglos. Para instituciones que necesitan preservar documentos históricos, para empresas que gestionan grandes volúmenes de información o incluso para usuarios que quieren garantizar que sus recuerdos no se pierdan, el cristal se perfila como un soporte definitivo. Si Project Silica se consolida, el concepto de copia de seguridad se transformará, porque ya no habría que hacer respaldos cada cierto tiempo ni comprar discos externos cada pocos años. Tampoco sufriríamos la angustia de conectar un USB y comprobar que el sistema no lo reconoce. Además, este modelo abarata costes a largo plazo, ya que, aunque la inversión inicial pueda ser mayor, el hecho de no tener que reemplazar dispositivos de forma periódica compensa con creces. Para las grandes tecnológicas o los centros de datos, se trata de un avance que reduce riesgos y también impacto ambiental. Eso sí, la transición no será inmediata, porque hoy seguimos necesitando memorias USB, discos duros y tarjetas para tareas cotidianas, desde pasar un documento hasta guardar fotos en un dispositivo físico. Project Silica todavía está en fase de investigación, pero el camino que abre es evidente. Cada año producimos más información de la que somos capaces de gestionar con seguridad. El reto ya no es solo almacenar, sino conservar de forma fiable. Un soporte eterno como el cristal puede convertirse en la única salida para garantizar que los datos sobrevivan al paso de las generaciones. Es indudable por ello que el salto hacia nuevas tecnologías de almacenamiento marcará un hito en la tecnología. Igual que en su momento dejamos atrás los disquetes o los CD, el futuro apunta a que también diremos adiós a los USB y discos duros tal y como los conocemos.
Un análisis de tendencias y recientes informes de ciberseguridad sugiere un futuro inminente donde el contenido generado por inteligencia artificial y bots superará con creces las interacciones humanas, transformando la web que conocemos. En efecto, a principios del 2024, las redes sociales se vieron inundadas por un fenómeno tan extraño como revelador: imágenes generadas por IA de crustáceos, principalmente camarones, con el rostro de Jesucristo. Este evento, conocido como Shrimp Jesus, aunque en apariencia inofensivo, fue para muchos expertos una señal de alerta sobre la consolidación de la «teoría de la Internet muerta». Jake Renzella y Vlada Rozova, escribiendo en The Conversation, analizaron el suceso: “Algunas de estas imágenes hiperrealistas han acumulado más de 20.000 ‘me gusta’ y comentarios. La teoría de la Internet muerta tiene una explicación: el contenido generado por IA y bots ha superado al contenido generado por humanos en la Internet”. Lo que antes era una idea marginal, hoy gana cada vez más terreno. Un informe de ese mismo año de la firma de ciberseguridad Imperva estimó que casi la mitad de todo el tráfico en la Internet ya es automatizada. Los bots representaron el 49.6 % del tráfico en el 2023, un aumento significativo desde el 42.3 % en el 2021. Si esta tendencia continúa, los bots constituirán una clara supermayoría en la red para finales de esta década. A esta preocupante estadística se suma la “putrefacción de enlaces”. Un informe del Pew Research Center estima que el 38 % de las páginas web (en su mayoría creadas por humanos) del 2013 ya no existen. Estos dos factores - el auge del contenido automatizado y la desaparición del contenido humano antiguo - llevan a la inevitable conclusión de que la Internet ya no es un espacio “para humanos, por humanos”. La ironía de la situación no ha pasado desapercibida para figuras clave como Sam Altman, CEO de OpenAI. Aunque en el pasado se mostró escéptico, recientemente ha expresado una creciente preocupación por la teoría de la Internet muerta. Su principal temor es un fenómeno que podría describirse como “autofagia digital”: que los futuros modelos de IA se entrenen principalmente con datos generados por otras IAs. Altman advierte que este ciclo de retroalimentación podría hacer que los modelos “se vuelvan locos”, contaminando el ecosistema digital con contenido cada vez más extraño y desconectado de la realidad humana. Al aprender de sí mismos en un bucle cerrado, la calidad y la coherencia de la información en línea podrían degradarse masivamente, validando las predicciones más pesimistas de esta teoría. Detrás del fenómeno Shrimp Jesus se esconde un modelo de negocio simple: el “cultivo de interacciones” (engagement-farming). En un sistema donde la atención se traduce en ingresos publicitarios, automatizar la creación de contenido viral es una forma fácil de generar dinero. Sin embargo, las implicaciones van más allá del contenido trivial. Estas mismas técnicas se utilizan con fines mucho más oscuros, como el apoyo a regímenes autoritarios. Una revisión del 2025 realizada por la empresa NewGuard encontró más de mil sitios de noticias gestionados casi en su totalidad por bots, incluyendo algunos dedicados a difundir propaganda y desinformación sobre conflictos globales. Esto no significa el fin del uso personal de la Internet. Los mensajes entre amigos, las publicaciones privadas y la correspondencia directa seguirán existiendo. Sin embargo, este creciente deterioro del espacio público digital exige que los usuarios sean más vigilantes que nunca para discernir qué es real y qué es artificial. Como concluyeron Renzella y Rozova: “La libertad de crear y compartir nuestros pensamientos en la Internet y en las redes sociales es lo que la hizo tan poderosa. Es en este sentido que la Internet que conocimos y amamos está muerta”
Sentada en la Casa Blanca, Melania Trump, la primera dama estadounidense, compartió sus reflexiones sobre la tecnología que ha revolucionado al mundo – qué duda cabe - en los últimos años: la Inteligencia Artificial. En efecto, la esposa del presidente Donald Trump, que tiene 55 años, hablo frente a una audiencia de profesionales del sector tecnológico. “Como líderes y padres, debemos gestionar el crecimiento de la inteligencia artificial de forma responsable”, dijo en su discurso. “Los robots ya están aquí. Nuestro futuro ya no es ciencia ficción”, pronunció. “Y esta nueva realidad hay que afrontarla con la misma responsabilidad que un padre o madre tendría con sus hijos”, aseguró. “Durante esta etapa primitiva, es nuestro deber tratar a la inteligencia artificial como trataríamos a nuestros propios hijos: dándoles poder, pero con una guía vigilante”. Estaba sentada a la cabeza de una mesa redonda que se había instalado en el Salón Este. A su derecha estaba Michael Kratsios, el zar de tecnología del gobierno. También estaba David Sacks, la persona a la que recurre el gobierno para las iniciativas de criptografía e inteligencia artificial (IA), un par de secretarios del gabinete, y los directores de Google e IBM. Melania Trump lucía un traje de color crudo y miraba a una audiencia formada por decenas de tipos de la tecnología. Sam Altman, el director ejecutivo de OpenAI, de aspecto juvenil, se sentó en primera fila y escuchó cómo la primera dama leía de su carpeta. “Vivimos un momento de asombro”, dijo, “y es nuestra responsabilidad preparar a los niños de Estados Unidos”. Melania Trump ya habló desde esta sala en mayo, cuando presentó un nuevo sello de correos conmemorativo de la ex primera dama Barbara Bush. Pero aquel no parecía un acto muy propio de Melania. No fue glamuroso ni, desde luego, vanguardista. Y resulta que esta primera dama es una especie de tecnofuturista. Solo tenemos destellos de ella de vez en cuando, pero se ha mostrado cautivada por las maravillas, los horrores y las oportunidades de las tecnologías modernas, una y otra vez. Tiene su propia criptomoneda (se llama $MELANIA), y generó titulares el año pasado cuando tomó la controvertida decisión de utilizar una IA que imitaba su propia voz para narrar la versión en audiolibro de sus memorias (también se llaman MELANIA). “Que empiece el futuro de la industria editorial”, dijo entonces. Su enfoque característico como primera dama tiene que ver con lo digital. Impulsó con éxito un proyecto de ley para proteger a las mujeres y los niños en internet de la difusión de imágenes falsas, la pornovenganza y el catfishing en internet. La semana pasada lanzó un “Desafío Presidencial de Inteligencia Artificial” en todo el país, invitando a estudiantes y educadores a visitar AI.Gov. Invitó a Hayley Harrison, su jefa de gabinete y confidente de mayor confianza, a la mesa redonda, y la designó como miembro del grupo de trabajo de la Casa Blanca sobre inteligencia artificial. Y así surge el retrato de una primera dama inescrutable, cuyas declaraciones del jueves parecían sacadas de una novela de Philip K. Dick. “Ahora los coches se conducen solos por nuestras ciudades, los robots tienen manos firmes en el quirófano y los drones están redefiniendo el futuro de la guerra”, dijo. Habló de “humanoides de primera generación”. Fue toda una yuxtaposición a cómo su marido había hablado del futuro de la IA solo dos días antes. El martes, Donald Trump estaba hablando en el Despacho Oval cuando un periodista le preguntó sobre un video viral que parecía mostrar cómo se arrojaban bolsas por las ventanas de la residencia de la Casa Blanca. “Probablemente sea un video generado por IA”, dijo Trump. Explicó que tenía que ser un video falso porque las ventanas de la Casa Blanca no se abren tan fácilmente. “De hecho, mi esposa se quejaba de eso el otro día”, dijo. “Me dijo: ‘Me encantaría que entrara un poco de aire fresco’, pero no se puede, son a prueba de balas”. En realidad, ese mismo día, la oficina de prensa de la Casa Blanca había confirmado en un comunicado que el video era real, pero que no había ocurrido nada anormal; se trataba simplemente de “un contratista que estaba haciendo el mantenimiento habitual mientras el presidente no estaba”. Sin embargo, el tema del misterioso video había despertado el interés del mandatario por la inteligencia artificial. “Uno de los problemas que tenemos con la IA: es que es buena y mala, a la vez”, reflexionó. “Si algo ocurre realmente mal, échale la culpa a la IA. Pero también crea cosas; funciona en ambos sentidos”. Justo entonces se le ocurrió un nuevo pensamiento: “Si ocurre algo realmente malo, quizá solo tenga que culpar a la IA”. Esta idea parecía exactamente el tipo de cosas sobre las que su esposa pronto advertiría desde la Casa Blanca (“Debemos gestionar el crecimiento de la IA de forma responsable”). Trump también mencionó otro video que había visto y que lo obsesionaba. Tal y como lo describió, el video lo mostraba evolucionando desde el bebé que era hasta el hombre que es hoy. “Para serte sincero, da un poco de miedo”, dijo. Como dijo su mujer: “Nuestro futuro ya no es ciencia ficción”.
Aunque secuestrar la cámara web de un usuario con el fin de conseguir fotos íntimas para luego chantajear es una técnica altamente usada por los 'hackers', un programa espía ha convertido este delito en un proceso prácticamente automatizado, según reveló una reciente investigación de la firma de seguridad Proofpoint. Se trata de Stealerium, que en el 2022 surgió como un malware de código abierto disponible gratuitamente en GitHub y que aún se puede descargar solo con fines educativos. Si bien el malware de código abierto puede ser útil para que los ingenieros de detección y los cazadores de amenazas comprendan los patrones de comportamiento para los cuales pueden desarrollar firmas de detección de amenazas, también proporciona un tipo de formación diferente a los actores maliciosos. Estos actores pueden adoptar, modificar y posiblemente mejorar el código abierto, lo que resulta en la proliferación de variantes del malware que no son fáciles de detectar ni de combatir. Aunque el malware existe desde hace tiempo, los investigadores de Proofpoint observaron recientemente un repunte en las campañas que distribuyen malware basado en Stealerium. Una campaña vinculada al actor cibercriminal TA2715 en mayo del 2025 dio lugar a un nuevo análisis de Stealerium, que no se había utilizado ampliamente en los datos de amenazas por correo electrónico de Proofpoint desde principios del 2023. TA2536, otro actor cibercriminal de baja sofisticación, también utilizó Stealerium a finales de mayo del 2025. Ambos actores habían utilizado recientemente Snake Keylogger (también conocido como VIP Recovery), por lo que el uso de Stealerium fue notable. Los investigadores de Proofpoint identificaron campañas adicionales hasta agosto del 2025 que emplearon diversos señuelos persuasivos y mecanismos de entrega. Si bien la mayoría de las campañas no se atribuyen a actores de amenazas rastreados, la actividad inicial de TA2715 marcó el primer uso observado de Stealerium en los datos de amenazas de Proofpoint en más de un año. El volumen de mensajes oscila entre unos doscientos y decenas de miles por campaña. Las campañas de Stealerium incluían correos electrónicos con diversos tipos de archivos para su envío, como ejecutables comprimidos, JavaScript, VBScript, ISO, IMG y archivos ACE. Los correos electrónicos observados suplantaban la identidad de diversas organizaciones, como fundaciones benéficas, bancos, tribunales y servicios de documentación, temas comunes en los señuelos de delitos electrónicos. Los asuntos solían transmitir urgencia o relevancia financiera, como "Pago pendiente", "Citación judicial" y "Factura de donación". Por ejemplo, el 5 de mayo del 2025, Proofpoint identificó una campaña TA2715 que suplantaba a una organización benéfica canadiense con un señuelo de "solicitud de presupuesto". Los mensajes contenían un archivo adjunto ejecutable comprimido que, al ejecutarse, descargaba e instalaba Stealerium. Los investigadores también han observado múltiples campañas que aprovechan señuelos relacionados con viajes, hostelería e incluso bodas. Por ejemplo, el 23 de junio del 2025, Proofpoint identificó un tema de solicitud de reserva con ejecutables comprimidos que generaba Stealerium. Esta campaña se dirigió a organizaciones del sector hotelero, así como a organizaciones educativas y financieras. Al igual que muchas campañas de malware genérico, los atacantes que distribuyen Stealerium también utilizan habitualmente señuelos de pago o facturas. En una campaña observada el 24 de junio del 2025, los atacantes utilizaron el tema "Xerox Scan" con un señuelo relacionado con pagos. La campaña se dirigió a cientos de organizaciones a nivel mundial. Estos mensajes contenían archivos JavaScript comprimidos que instalaban Stealerium y realizaban un reconocimiento de red para recopilar perfiles de Wi-Fi y redes cercanas. Finalmente, al igual que muchos actores de amenazas, las campañas que distribuyen Stealerium suelen usar ingeniería social que aprovecha el miedo, la frustración o la emoción para que las personas interactúen con sus mensajes con urgencia. Hemos observado contenido para adultos en algunos señuelos de Stealerium, así como el siguiente ejemplo, que informa al destinatario de que está siendo demandado. Esta campaña se observó el 2 de julio del 2025, con una "fecha de audiencia" el 15 de julio de 2025 para aumentar la urgencia del correo electrónico. Estos mensajes contenían archivos IMG (imagen de disco) con VBScripts incrustados. El VBScript descargaba la carga útil como un ejecutable comprimido que instalaba Stealerium. Tras su ejecución, Stealerium emite una serie de comandos "netsh wlan" para enumerar los perfiles Wi-Fi guardados y las redes inalámbricas cercanas. Su recopilación sugiere la intención de recopilar credenciales almacenadas para el desplazamiento lateral o la geolocalización del host infectado. Los patrones de nombres SSID y las configuraciones de seguridad facilitan las tareas de reconocimiento y pueden permitir a los actores de amenazas acceder de forma fraudulenta desde sistemas cercanos. Cabe precisar que Stealerium es un ladrón de funciones completo escrito en .NET y tiene la capacidad de filtrar una gran variedad de datos, incluidas cookies y credenciales del navegador, datos de tarjetas de crédito (a través del raspado de formularios web), tokens de sesión de servicios de juegos como Steam, datos de billeteras criptográficas y varios tipos de archivos confidenciales. A estar atento a esta amenaza.
El desarrollo global de la inteligencia artificial ha alcanzado un punto de inflexión decisivo. Desde el 2023, China ha acelerado el alcance e influencia de la IA, reflejo de la aspiración general de Beijing de desempeñar un papel de liderazgo en la configuración de un nuevo orden mundial. La IA se perfila como el motor de una nueva era de revolución científica y transformación industrial. La pregunta central —si la tecnología puede crear valor genuino y duradero— ha recibido, en el caso de China, un rotundo "sí". China es ahora no solo un importante motor de la innovación global en IA, sino también un arquitecto indispensable de su gobernanza. Su modelo —bajo coste, alto rendimiento y código abierto— ofrece un nuevo paradigma para el desarrollo global de la IA, que contrasta marcadamente con los enfoques occidentales, basados en la contención competitiva y la ventaja exclusiva. Las ambiciones de Beijing no son improvisadas. En el 2017, el gobierno chino emitió el Plan de Desarrollo de Inteligencia Artificial de Nueva Generación, un documento estratégico fundamental que traza el rumbo para convertirse en el líder mundial en IA para el 2030. Para entonces, se proyecta que la industria china de la IA y sus sectores relacionados alcancen un valor de 1,4 billones de dólares. Más allá del tamaño del mercado, se espera que la IA desempeñe un papel decisivo para contrarrestar los obstáculos demográficos y de productividad, como el envejecimiento de la población y la desaceleración del crecimiento. La visión estratégica es clara: la IA será fundamental para modernizar el modelo socioeconómico de China y llevarlo a una etapa más avanzada, impulsada por la innovación. El enfoque de China se basa en cuatro factores críticos: datos, suministro de energía, potencia informática y mano de obra cualificada. Ya disfruta de ventajas sustanciales en tres de ellos. Su enorme población genera ingentes cantidades de datos; su sector energético se expande y diversifica rápidamente; y su mano de obra está altamente cualificada, especialmente en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. El eslabón más débil sigue siendo el hardware informático, donde los controles occidentales a la exportación han intentado limitar el progreso de China, pero también en este ámbito Pekín invierte activamente en la autosuficiencia. Estados Unidos ha contenido el desarrollo de IA de China mediante controles de exportación, bloqueando el acceso de Pekín a los chips más avanzados. En julio del 2025, la administración Trump dio a conocer su propia estrategia de IA, Winning the Race: America's AI Action Plan (Ganando la Carrera: Plan de Acción de IA de Estados Unidos), que busca aprovechar tanto la superioridad tecnológica como las herramientas políticas para capturar una mayor participación en el mercado global. El plan se centra en preservar el liderazgo y dominio tecnológico de Estados Unidos en lugar de abordar los desafíos del mundo real o fomentar el desarrollo económico y social. Aboga por restringir las exportaciones de equipos de IA estadounidenses y frenar la difusión de modelos de IA chinos. Sin embargo, Estados Unidos permanece atrapado en una mentalidad de suma cero, persiguiendo la ilusión de que los bloqueos tecnológicos pueden asegurar una supremacía duradera en IA. China fue el primer país en introducir regulaciones nacionales detalladas y vinculantes sobre IA. Estas normas forman parte de una estrategia mixta: combinando la planificación estatal con incentivos de mercado, promoviendo tanto la resiliencia nacional como la apertura internacional. El marco subraya el papel de la IA no solo como motor de crecimiento, sino también como pilar de la modernización nacional, la transformación social y la participación global. Un aspecto distintivo de la visión china es su redefinición de los datos como el "quinto factor de producción", junto con la mano de obra, el capital, la tierra y la tecnología. Al considerar los datos un activo nacional estratégico, China busca impulsar la innovación en todos los sectores, coordinar la infraestructura para evitar el control monopolístico y proteger el interés público y la seguridad nacional. La estrategia de China en materia de IA se extiende mucho más allá del desarrollo nacional y se extiende al ámbito de la gobernanza global. Desde el 2023, Pekín ha impulsado una ambiciosa agenda diplomática destinada a establecer normas y marcos internacionales para la IA. La Iniciativa de Gobernanza Global de la IA (GAIGI), lanzada en 2023, estableció principios como un enfoque centrado en el ser humano, el respeto a la soberanía nacional, la adhesión al derecho internacional y la distribución equitativa de los beneficios de la IA. Esta iniciativa hace hincapié en la colaboración de código abierto, la seguridad de los datos, la protección de la privacidad y la toma de decisiones por consenso para evitar la concentración del poder de la IA en manos de unos pocos estados o corporaciones. En septiembre de 2024, China presentó el Plan de Acción para el Desarrollo de Capacidades de IA para el Bien y para Todos, diseñado para promover la interoperabilidad, mejorar la conectividad global —especialmente para el Sur Global—, impulsar resultados económicos tangibles, integrar la IA en la educación y fortalecer la seguridad de los datos. El plan incluso contempla una posible plataforma global para el intercambio de datos. En julio del 2025, China dio seguimiento con el Plan de Acción para la Gobernanza Global de la IA, alineando sus iniciativas con el Pacto Digital Mundial de las Naciones Unidas y exigiendo su adopción generalizada, estándares armonizados y un desarrollo ambientalmente sostenible. En la ONU, Beijing ha buscado consolidar estos esfuerzos en marcos multilaterales formales. En julio del 2024, la Asamblea General adoptó una resolución liderada por China para fortalecer la cooperación internacional en IA, con el apoyo de más de 140 países. Ese mismo año, China y Zambia establecieron conjuntamente el Grupo de Amigos para la Cooperación Internacional en el Desarrollo de Capacidades en IA, centrado en reducir la brecha digital en IA y fortalecer el papel de la ONU en la gobernanza global de la IA. China también ha creado foros internacionales para impulsar el desarrollo. La Conferencia Mundial de IA (WAIC), inaugurada en 2024, adoptó la Declaración de Shanghái sobre la Gobernanza Global de la IA. La edición del 2025 no solo publicó el plan de acción global, sino que también propuso la creación de una Organización de Cooperación Global en IA, con sede provisional en Shanghái. Este organismo se centraría en la gobernanza conjunta de la IA, la reducción de las brechas digitales y de datos, y la formulación de normas globales consensuadas, que reflejen, en particular, las necesidades y aspiraciones del Sur Global. Si bien la política estatal establece el marco estratégico, gran parte del progreso de la IA en China lo realizan empresas privadas. Entre los llamados "Seis Tigres" del país (startups líderes en IA), los recientes avances han desafiado el dominio occidental en los modelos de lenguaje de gran tamaño. Una de las empresas destacadas, Z.ai, lanzó su modelo GLM-4-Plus en 2024, igualando el rendimiento del GPT-4o de OpenAI. Su sucesor, GLM-4.5, de 2025, no solo superó los parámetros occidentales y a competidores nacionales como DeepSeek, sino que lo hizo a un coste significativamente menor, socavando la lógica de las restricciones de chips de Washington. En julio, Moonshot, respaldada por Alibaba, lanzó su modelo Kimi K2, un modelo de lenguaje de gran tamaño de bajo coste y código abierto que superó a ChatGPT en varios parámetros. Una de las diferencias más notables entre los modelos chino y occidental reside en su enfoque sobre la propiedad intelectual y el acceso. Mientras que las principales empresas estadounidenses suelen proteger sus tecnologías tras muros de propiedad, China ha adoptado cada vez más marcos de código abierto, especialmente para los modelos fundamentales de IA. A nivel nacional, esto reduce las barreras de entrada para startups e investigadores; a nivel internacional, refuerza el atractivo de China como socio para los países en desarrollo. El modelo chino ofrece una visión de la IA como herramienta para superar las brechas en lugar de profundizarlas. Al alinear el desarrollo de la IA con los objetivos de modernización, integrándola en la educación y la industria, y promoviéndola a través de marcos de gobernanza global, Pekín se posiciona como un líder tanto tecnológico como normativo. La capacidad computacional sigue siendo una vulnerabilidad estratégica, y persisten dudas sobre el equilibrio entre el control estatal y la libertad de innovación. Sin embargo, la dirección es clara: la estrategia china en materia de IA es decidida, coordinada y diseñada a largo plazo. A medida que la IA se convierte en un factor determinante de la competitividad económica, la seguridad nacional y la gobernanza global, las decisiones que se tomen hoy moldearán el orden internacional durante décadas. Estados Unidos continúa aplicando una estrategia basada en mantener su dominio tecnológico mediante la restricción y la exclusión. China, en cambio, se presenta como defensora de la inclusión, la colaboración de código abierto y la gobernanza multilateral, aunque siempre dentro de un marco que salvaguarde sus intereses nacionales. Queda por ver si el enfoque de Beijing se convertirá en el modelo global dominante. Pero sus crecientes capacidades tecnológicas, su proyección diplomática y su énfasis en el desarrollo equitativo y compartido sugieren que la competencia por el liderazgo en IA ya no es inevitable. El auge de modelos como GLM-4.5 y Kimi K2 subraya que la carrera de la IA no es una competencia de un solo caballo, y que la innovación puede prosperar fuera de la órbita de Silicon Valley. En un mundo multipolar, el futuro de la IA no estará determinado por una única potencia hegemónica, sino por una compleja interacción de decisiones tecnológicas, políticas y éticas. La apuesta de China por convertir la IA en un puente, en lugar de una barrera, ofrece un camino posible, y cada vez más influyente, hacia adelante.